Sociedad

¿Puede un cigarrillo electrónico ayudar a dejar de fumar?

Una reciente revisión de datos de la organización científica sin ánimo de lucro Cochrane concluye que es probable que vapear aumente las posibilidades de lograr la abstinencia a largo plazo

Una mujer fuma un cigarrillo electrónico
Una mujer fuma un cigarrillo electrónicola razonLA RAZON

Chicles para mascar, parches que colocarse en el cuerpo o grageas para chupar. La nicotina es, además del componente adictivo naturalmente presente en el tabaco, la base de una gran variedad de productos a la venta en farmacias —en España, sin necesidad de presentar receta médica— creados para facilitar a los fumadores y fumadoras la abstinencia durante su proceso de abandono del hábito que, en muchos casos, trae consigo síntomas desagradables como el insomnio o la irritabilidad. La clave de este tipo de terapias de reemplazo de nicotina (NRT, por sus siglas en inglés) está en el hecho probado científicamente de que, si bien la nicotina actúa sobre el cerebro de los fumadores produciendo sensaciones de placer y, en consecuencia, de dependencia, no es el componente más nocivo del tabaco, sino las sustancias tóxicas que se liberan de su combustión, es decir, en el gesto de encender el cigarrillo. Siendo así y en tanto que el cigarrillo electrónico es un dispositivo manual que utiliza una pequeña batería para calentar una solución líquida a base de nicotina que se vaporiza, pero no se quema, ¿qué papel podría jugar esta alternativa sin humo a la hora de dejar de fumar? Informa Marylin dos Santos.

Esta es la pregunta que buena parte de la comunidad científica internacional viene planteándose desde que los también conocidos como e-cigarrillos o vapeadores salieran al mercado; el mismo interrogante que ha motivado muchos estudios en la última década y que ha obtenido como resultado una importante evidencia científica al respecto. Esto ha permitido que la organización científica sin ánimo de lucro Cochrane haya puesto interés en la materia y que, entre sus revisiones de 2020, haya incluido la de 50 estudios en más de 12.400 adultos fumadores de todo el mundo para evaluar el efecto y la seguridad del uso de los cigarrillos electrónicos con nicotina para ayudar a las personas que fuman a lograr la abstinencia a largo plazo. Los estudios seleccionados han sido desarrollados en su mayoría en Estados Unidos y Reino Unido, pero también en Italia, Australia, Nueva Zelanda, Grecia, Bélgica, Canadá, Polonia, Corea del Sur, Sudáfrica, Suiza y Turquía, y comparan los e-cigarrillos con los métodos más comunes de apoyo a los fumadores y fumadoras en el proceso de ruptura con el tabaquismo. Los resultados son llamativos.

Según la Revisión Cochrane 2020, reconocido a nivel internacional como el estándar más alto en recursos de atención sanitaria en base a la evidencia científica, las principales conclusiones sobre este asunto son tres: primero, que los cigarrillos electrónicos con nicotina podrían ayudar a las personas fumadoras a dejar su hábito durante, al menos, medio año; segundo, que estos mismos dispositivos podrían ser más efectivos que los chicles o parches de venta en farmacia a la hora de dejar de fumar, así como obtener mejores resultados que ningún apoyo conductual y, también, que el uso de

cigarrillos electrónicos que calientan soluciones líquidas sin nicotina; tercero, que estos productos de consumo de nicotina alternativos al cigarrillo convencional podrían no asociarse con ningún efecto adverso grave. Esto no debe traducirse en que el uso de cigarrillos electrónicos con nicotina no tiene ningún riesgo para la salud, pues la elección más conveniente es la de la cesación del hábito, sino en que estos dispositivos pueden jugar un papel importante en la lucha contra su adicción de muchos fumadores y fumadoras que no han encontrado aún el método.

La organización advierte en el documento recién publicado que, si bien confían en las conclusiones alcanzada con esta revisión, los resultados podrían variar a medida que aparezcan más estudios de peso en este ámbito, aunque no hay que olvidar que las afirmaciones sacadas de este texto coinciden con las que Cochrane ya hizo en 2014. Y es que, como queda de manifiesto, el interés científico por este tipo de productos alternativos al cigarrillo convencional está experimentando en los últimos años un importante repunte ante la preocupación por las consecuencias del tabaquismo en la salud pública.

Así que, ¿puede un cigarrillo electrónico ayudar a dejar de fumar? Acudiendo a los últimos datos lanzados desde el mundo científico y su rigurosidad, y sin dejar a un lado el hecho de que todas estas afirmaciones se aplican a personas que ya son fumadoras, la respuesta es que, sí, probablemente.