Sociedad

Usar teléfonos móviles no aumenta el riesgo de cáncer

Los niveles habituales de exposición de la población a las radiofrecuencias no ponen en riesgo la salud

Esta imagen encierra la peligrosidad de la acción
Esta imagen encierra la peligrosidad de la acciónAlix Minde©GTRESONLINE

La exposición a las radiofrecuencias no aumenta el riesgo de padecer cáncer, según ha puesto de manifiesto el “Informe sobre Radiofrecuencias y Salud 2016-2019”, elaborado por el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) y en el que se ha analizado la evidencia científica disponible hasta la fecha sobre este aspecto. Tras analizar las evidencias científicas sobre radiofrecuencia y salud, los expertos responsables del trabajo han concluido que, hasta la fecha, los niveles habituales de exposición de la población a las radiofrecuencias no ponen en riesgo la salud. Además, la revisión de estudios epidemiológicos de cohortes y caso-control sobre la relación entre el uso del teléfono móvil y los tumores cerebrales “sigue confirmando” que no aumenta las probabilidades de padecerlos.

Del mismo modo, y según ha informado el director científicos del CCARS, Francisco Vargas, la evidencia actual de los estudios realizados “in vivo” e “in vitro”, así como las investigaciones epidemiológicas, “no indican” una asociación entre el uso de los teléfonos móviles con el desarrollo de tumores del sistema nervioso central. Tampoco se ha comprobado, tal y como señala el trabajo, que exista una relación causal entre la exposición a las diversas fuentes de radiofrecuencia y los síntomas de hipersenbilidad electromagnética.

“Todos estos datos son tranquilizadores, ya que evidencian que las tendencias de evolución desde que se comenzó a usar la telefonía móvil de forma masiva, a mediados de los años 90 y hasta la actualidad, no muestran un aumento de casos de cáncer por el uso de estos dispositivos”, ha dicho Vargas.

Por otra parte, el informe pone de manifiesto que los niveles de exposición a los sistemas inalámbricos en guarderías, escuelas primarias y secundarias son “muy inferiores” a los que España está obligada a cumplir. Además, se recuerda que la tecnología 5G “no es muy diferente” a la 4G, siendo las técnicas de antena que permiten mejorar la experiencia de usuario y favorecer nuevos usos y aplicaciones la “mayor diferencia” entre ambas las técnicas.

Finalmente, y a raíz de todos estos resultados, los responsables del trabajo han destacado la necesidad de mejorar la formación e información a los ciudadanos sobe las tecnologías 5G para que sepan cómo funcionan, cuáles son sus utilidades y los mecanismos de inspección y control que garantizan el cumplimiento de los límites de exposición. “Hay que promover estudios de cohortes prospectivos a largo plazo, con muestras amplias y de calidad elevada, especialmente en dosimetría individual, para evaluar la relación entre los tumores cerebrales y el uso intensivo del teléfono móvil”, han dicho los investigadores, para zanjar destacando la necesidad de fomentar campañas de información y educación sobre las radiofrecuencias, sus usos, aplicaciones y efectos.