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Covid-19

Pilar Garrido, vicepresidenta de Facme: «Las medidas por la Covid-19 han de ser tomadas por comités transparentes»

Han creado un grupo de trabajo para abordar el asunto dramático de las residencias. Sin embargo, este equipo «aún no ha tenido ningún encuentro con las administraciones»

La doctora Pilar Garrido, vicepresidenta de Facme
La doctora Pilar Garrido, vicepresidenta de FacmeLuis DíazLa Razón

Durante la primera oleada el Gobierno no escuchó a las sociedades científicas. Un hecho poco comprensible para la doctora Pilar Garrido, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones Científico médicas españolas (Facme), que confía en que esas actuaciones se reviertan.

–¿Ha cambiado en algo la situación en la actualidad?

–Las sociedades científicas y Facme llevan tiempo redoblando sus esfuerzos para mejorar su visibilidad y ser tenidas en cuenta. Desde Facme nos hemos reunido con consejeros, con el ministro de Sanidad, y hace poco con la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón. Con estas reuniones pretendemos poner en valor el conocimiento médico que hay en las sociedades científicas y manifestar nuestro malestar porque ese aspecto no haya sido tenido en cuenta.

–¿Qué recomendaciones han sido escuchadas en esta segunda oleada?

–Facme ha hecho un importante trabajo de recopilación de iniciativas de las sociedades científicas que permitan protocolizar la divulgación de medidas para la ciudadanía y prestar apoyo a las administraciones central y autonómicas: las sociedades han elaborado más de 100 documentos centrados en distintos ámbitos como son Oncología, Cardiología, etc. Y nuestro trabajo lo hemos presentado a la secretaria de Estado, que consideró que «le hacíamos un buen regalo», por lo que tenemos confianza en que se tenga en consideración todo lo que podemos aportar.

–¿Me puede concretar alguna medida?

–Hemos creado un consejo asesor, para dar respuesta a las posibles dudas que tengan las administraciones y elaborar documentos que sean referencia, con hasta 11 grupos: atención clínica a pacientes Covid-19, mantenimiento de asistencia a pacientes no Covid-19 o pruebas de laboratorio en Covid19... Hay otro grupo, el de vacunación, que ya ha sido convocado por el Ministerio para trabajar en la estrategia al respecto.

–¿Qué medidas no fueron escuchadas en la primera oleada?

–Bueno, creo que es momento de dar pasos adelante más que mirar atrás. Es importante, desde la perspectiva de Facme, que las medidas que se tomen sean coordinadas, homogéneas en todas las CC Sociedad Sociedad AA y tomadas por comités públicos y transparentes. Como ciudadana puedo decir que no parece que las medidas que se están tomando sean extraordinariamente homogéneas ni que los comités sean públicos.

–¿Estamos preparados?

–Como médico puedo decir que en el ámbito hospitalario hemos aprendido a hacer algunas cosas de otra manera. Un problema en la primera ola fue la falta de protección y esto, al menos en mi entorno, ya no se observa. Sí que es cierto que la situación que se vive en atención primaria es más precaria.

–¿Qué deberíamos mejorar de forma urgente?

–La coordinación, la comunicación de las medidas que se toman; y el asesoramiento, que provenga de comités de expertos para ofrecer a los ciudadanos la confianza de que las decisiones se basan en recomendaciones científicas.

–¿Qué opina de la gestión de la pandemia?

–Los resultados de las decisiones tomadas todos las conocemos. Es evidente que la primera ola nos sorprendió a todos y hubo que improvisar. Pero eso, precisamente nos tendría que haber hecho reflexionar para estar más preparados para la segunda.

–¿Cuáles han sido los mayores errores de la gestión?

–No parece que haya fructificado la idea de que las sociedades científicas lideren junto a los políticos las decisiones y si lo es, no es público.

–Europa entró un par de semanas antes que España en la oleada de otoño por la llegada del frío. Países como Francia o Reino Unido han confinado gran parte de su población. ¿No deberíamos anticiparnos y confinar?

–Lo que tenemos que saber son los criterios en base a los casos, disponibilidad de UVIS... para que la toma de decisiones sea homogénea en todos los sitios. No entendería como ciudadana ni como médico que, a similitud epidemiológica, las medidas no fueran comunes. No es tanto si hay que estar confinado ya o no, sino cuáles son los criterios y que se apliquen de forma homogénea.

–¿Qué opina sobre la auditoría independiente de la gestión de la pandemia que ha aceptado el Gobierno que se haga?

–Una auditoría independiente tiene que ser independiente. Y lo que se vio en los medios fue algo distinto: no se puede ser juez y parte. Pero es positivo que tomen la iniciativa. Facme apoyó la carta publicada en «The Lancet» en la que se pedía.

–No hubo representación de Facme en la Comisión de la reconstrucción. ¿Cuál debería ser el incremento de los presupuestos destinados a Sanidad?

–Fue desolador que no se escuchara a las voces científicas y eso motivó que pusiéramos en marcha esta campaña con la que nos hemos reunido con Consejerías, secretaria de Estado... De la primera oleada salimos entre todos, y los sanitarios nos entregamos absolutamente; creemos que hay problemas de fondo como el de los recursos humanos que exigen una reflexión. En el plan estratégico, es necesario analizar cuántos recursos hacen falta, cuántos profesionales se van a jubilar… entre otros aspectos. Por supuesto hay que aumentar los presupuestos, pero hay que invertir de forma adecuada y en esa reflexión sobre cómo hacerlo tenemos que estar los profesionales, sin ninguna duda.

–¿Es correcto que las CC AA decidan el cierre perimetral?

–Me preocupa menos cuál es el nivel si la decisión es científica, si el criterio es el mismo.

–Las sociedades científicas han tachado de inadmisible el Real Decreto de RR HH de Sanidad.

–La simple lectura de los artículos deja en evidencia la contradicción en lo que se pretende regular, pues las leyes referidas, así como la propia legislación europea sobre la práctica de las profesiones sanitarias, dejan claro que no es posible en absoluto el desempeño de actividad asistencial con las funciones propias de una especialidad sin haber obtenido el título de especialista. Tampoco podemos aceptar la convalidación de títulos saltándose los requisitos y plazos que la legislación establece. Todo acceso a una especialidad ha de cumplir los requisitos obligatorios para evitar riesgos a la salud de la población y asegurar la cobertura legal a los trabajadores y al propio sistema sanitario. Una opción a considerar sería contratar licenciados sin especialidad, para puestos específicos con tareas limitadas de apoyo, que no exijan la cualificación de especialista y bajo la supervisión de los titulares. Algunos ejemplos serían el rastreo, cribado, codificación, seguimiento de casos, realización de pruebas y funciones burocráticas que consumen buena parte de la actividad de cualquier profesional sanitario.

–¿Cuándo nos quitaremos la mascarilla?

–Ojalá pudiera responder a esa pregunta...

–Muchos ciudadanos van a reunirse en Navidad ya sea en grupos de seis en la comida y con otros seis en la cena salvo que nos confinen. ¿Alguna recomendación para evitar esto?

–Lo que hay que analizar es cuál será el momento epidemiológico entonces. Todos estamos muy preocupados tras un año durísimo, pero las medidas dependerán del escenario epidemiológico en el que nos encontremos. Particularmente, me estremece pensar que se pueda repetir lo que vivimos en marzo; ahora hay que redoblar esfuerzos y se verá entonces qué se puede hacer. Y, en todo caso, habrá que hacer una adecuada comunicación con la sociedad para que entienda por qué se toman determinadas medidas. En ese camino las sociedades científicas queremos apoyar con nuestro criterio y conocimiento, porque creemos en ese modelo. Y por eso no nos cansaremos de ofrecernos para colaborar ni de pedir a las administraciones que cuenten con nosotros. La cooperación del grupo de vacunas es un paso importante y un ejemplo que debería repetirse con el resto de grupos de trabajo.

–¿Debería ser obligatoria la vacuna contra el SARS-CoV-2?

–Es difícil responder a esa pregunta, pero las recomendaciones al respecto son claras.

–¿A la ciudadanía le están llegando mensajes claros?

–Diría que no; los ciudadanos se sienten confusos porque los mensajes no parecen homogéneos.

–¿Qué se debería hacer para evitar que mueran tantos mayores en las residencias?

–Desde luego, abordar este tema que nos preocupa enormemente, por lo que hemos creado un grupo de trabajo al respecto, que aún no ha tenido ningún encuentro con las administraciones.

–Es oncóloga del Hospital Ramón y Cajal, ¿cuál ha sido el nivel de retrasos en el diagnóstico y tratamientos de estos pacientes en España?

–Estamos trabajando en un informe de forma conjunta que se presentará próximamente. Los estudios en otros países indican que en la primera ola hubo retrasos. En España, aún no tenemos los datos, aunque en marzo y abril sí puedo decir que existieron. La situación ahora no es como la de entonces, pero es complicada y tenemos, por ejemplo, que ser firmes para preservar las estrategias de tratamiento pero también las de screening.