Víctimas

El drama de la mujer con discapacidad y víctima de violencia durante el confinamiento

Casi el 70% de las agresiones contra personas con discapacidad intelectual este 2020 se produjo en el ámbito intrafamiliar

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Imagen de archivoSanna Lindberg©GTRESONLINE

Siete de cada diez víctimas de violencia con discapacidad intelectual en España son mujeres. De ellas, entorno a la mitad eran menores de edad en el momento en el que se produjo la agresión. Son los estremecedores números facilitados hoy por la Unidad de Atención a Víctimas de violencia y abusos contra personas con Discapacidad Intelectual (UAVDI).

Esta unidad de Fundación A LA PAR, que cumple una década de existencia este año, contabiliza hasta la fecha un total de 145 casos de violencia o abusos atendidos, y estiman alcanzar los 160 casos al término de 2020.

Este año tan difícil por la coyuntura derivada de la pandemia sanitaria no ha remado precisamente en favor de las víctimas de agresión y maltrato con discapacidad intelectual. Los duros meses de confinamiento han dado una clara ventaja a sus agresores, ya que, si bien siempre es predominante en este tipo de violencia el ámbito intrafamiliar en cuanto a procedencia de las agresiones, el encierro en casa durante varios meses ha abonado esta dramática realidad.

Así las cosas, el 68% de maltratos o abusos contabilizados este 2020 se han producido en un ámbito tan próximo a la víctima como pueda ser la residencia en la que vive o su propio hogar.

Y sin embargo, el total de casos atendidos este año disminuye hasta acercarse a niveles de 2017, cuando se alcanzaron los 165 casos al término del año (en 2019 la cifra llegó casi a 200) Este descenso significativo, aclaran desde la Fundación, no se debe precisamente a que haya sido un año menos violento. La detección de abusos se ha resentido como consecuencia del impass que ha supuesto la pandemia.

“Lo interpretamos como una consecuencia del cierre de la mayoría de centros de atención a personas con discapacidad intelectual (colegios, centros ocupacionales, etc.) durante el primer estado de alarma. Estos recursos son uno de los principales focos de detección de las situaciones de abuso y maltrato a sus usuarios, especialmente cuando se producen en el ámbito intrafamiliar, y al permanecer cerrados en los meses del confinamiento se hacía prácticamente imposible que los profesionales pudieran detectar esta problemática. Por el contrario, observamos un repunte de las derivaciones en el mes de junio, coincidiendo con el final del estado de alarma, y durante los meses de septiembre y octubre, que puede guardar relación con la reapertura de muchos de los centros aludidos tras el verano”, explica Jacobo Cendra, Coordinador de la UAVDI A LA PAR.

“Aun así, el descenso detectado en las derivaciones también puede guardar relación con otra realidad derivada del anómalo contexto que atravesamos. Desde la UAVDI de Fundación A LA PAR alertan de “la saturación de muchos centros, de los servicios sociales, e incluso de muchas familias. (…) Esta situación provoca, en ocasiones, tener que priorizar una serie de urgencias, necesidades y medidas por encima de otras, y que en consecuencia, muchas veces la detección del abuso y el maltrato a personas vulnerables queden en un segundo plano”.

Por tipo delictivo, destacan muy por delante del resto de categorías, los delitos contra la libertad e indemnidad sexual, que representan casi la mitad del total: un 48%. Le siguen con un 10% y un 9% respectivamente, la violencia doméstica y la que se produce en el ámbito de la pareja o expareja.

Un 6% de los casos derivados a UAVDI, y sus unidades hermanas*, han sido de trata de seres humanos. Y el 27% restante entraría en la categoría de ‘otros delitos’ como el maltrato psicológico o la violencia por motivación económica.