Nuevas estrellas

Lautaro San Miguel, mago, ilusionista, acróbata... Todo y mucho más

“¡Qué más da mientras te haga vibrar!”, sintetiza Lautaro San Miguel en su Facebook sobre en qué consiste su arte, por el que ha conseguido hacerse un importante hueco en España tras muchos años de actuaciones a pesar de su juventud.

Lautaro en pleno espectáculo que mezcla magia y acrobacia
Lautaro en pleno espectáculo que mezcla magia y acrobaciaLa RazónLa Razón

- Cómo viviste el 14 de marzo pasado el decreto de alarma por la pandemia, justo estabas en tu mejor momento profesional.

- Realmente no me podía creer lo que estaba pasando, cuando empezaban a hablar de una pandemia mundial pensaba que era una cortina de humo, una forma de desviar la atención de otros problemas -el ladrón se piensa que todos son de su condición supongo- y cuando decretaron el estado de alarma ese 14 de marzo tomé conciencia de que la cosa no era en broma. Pero me alegré de haberlo vivido, son momentos que hacen historia en al Historia.

- Dónde trabajabas. Qué pasó esos días.

- Yo volvía de un viaje por Argentina, recuerdo que allí hablaban de los casos que se estaban encontrando en España, y aún así pensé que era sensacionalismo de la prensa. Pude viajar por poco, llegué a España el 10 de marzo y a la semana nos confinaron. Recuerdo que la llegada al aeropuerto de Barajas fue bastante apocalíptica con todo el personal con mascarillas y el ejercito armado.

- Cómo lo viviste en las semanas siguientes en lo profesional y en lo personal.

- Lo personal y lo profesional fueron bastante a la par. Las actuaciones que tenía en aquellos días se fueron aplazando una semana, después otra en función de cómo avanzaba el estado de alarma. Hasta que finalmente se suspendió todo el trabajo porque se empezó a perder la esperanza de que se fuese a solucionar en poco tiempo.

- Cómo se podría ayudar a los profesionales del mundo del espectáculo ahora que hay más posibilidad de actuar.

- Creo que ha sido injusta la determinación de dónde había peligro de contagio y dónde no. Por eso considero que se han tomado unas medidas muy estrictas en el mundo del espectáculo, con muy poca coherencia respecto a otros espacios. En febrero tuve que viajar a Canarias para una actuación y en el avión no cabía un alfiler, viaje pegado codo con codo con un hombre que no conocía de nada, y cuando llego al teatro de La Laguna, resulta que no podemos meter más del 30% del aforo del teatro, unas 700 localidades, eso no compensa a un programador de teatro. Creo que una buena ayuda es buscar la forma de poder aumentar los aforos, además la gente necesita ir al teatro y a las salas ahora más que nunca.

- ¿Cómo se ha desarrollado su carrera?

- Yo crecí en El Escorial, pueblo que durante los años 80 y 90 era el epicentro de la magia, no sólo en el país, sino en casi toda Europa. Esto se debe a que vivía en San Lorenzo de El Escorial una locomotora artística que rebosaba energía mágica y se estaba comiendo el mundo. Su nombre es Juan Tamariz. Durante años realizó importantísimas reuniones con magos de todo el mundo (a día de hoy se siguen haciendo), se abrieron espacios como Croché donde se hacía magia, y venían a actuar los mejores magos del momento: Pepe Carrol, Anthony Blake, René Lavand, Tamariz..., y recuerdo que de pequeño veía esos magos por la tele -Tamariz tenía su propio programa- y luego los veía en Croché en directo, eso era un sueño, así que me quedé prendido con la magia en esa época y gracias a toda esa tradición. Además, no fui el único que se embelesó por este arte, todo ese legado ha dejado huella en el pueblo y hay mucha tradición y cultura mágica.

- ¿Cómo se inventa un truco?

- Bueno, yo he pasado varios procesos creativos y todos diferentes, hay veces que un elemento u objeto me inspira algo y empiezo a jugar con él, ver qué puedo hacer, le doy un uso completamente diferente de lo que es, lo manipulo, lo modifico, hasta que al final encuentro un efecto o un imposible que me encaja con el objeto y ahí empieza la magia. Otras veces una música me motiva para empezar a montar un número y acoplo la magia que conozco a esa música, y otras veces, y ahora estoy en ese proceso, busco fuera de la magia, actividades que me gustan o me motivan como el baile, el circo o la escultura y busco cómo mezclarlo con la magia. La creatividad se estimula mucho con los contrastes.

- Sus magos preferidos.

- Pues la época dorada de la magia, en especial en España fueron los 80, y los magos punteros de ese momento me gustan mucho, que son los que he citado antes. Estos magos crearon la Escuela Mágica de Madrid (EMM) y la generación que vino después, que es la anterior a la mía tiene magos extraordinarios que a día de hoy tengo el orgullo de llamar amigos, entre ellos destacaría a Miguel Angel Gea, ARTISTA con mayúsculas; a Miguel Muñoz, el mago de la película “Dumbo” de Tim Burton; Jorge Blass, a quien he admirado desde pequeño, y un montón más.

Por otro lado, he ido eligiendo en el camino a los que han sido mis maestros y les tengo una admiración y un respeto extraordinario. Ahí destacaría a Mad Martin, ago argentino que revolucionó en los 80 la magia de escena en España, a los Dream Makers, pareja de magos que fueron de los primeros en teatralizar la magia en España, y por último a Joaquín Ayala, mexicano y que fue primero una estrella de la magia en Las Vegas con su espectáculo propio y después ha hecho giras por todo el mundo con un macro espectáculo impresionante, ¡Y me dejo muchos más en la chistera!

- Ha recibido numerosos premios...

- Al que más cariño tengo es al de Joven Promesa de la Magia de Escena porque me lo dieron cuando tenía 18 años. Nunca me habían dado un premio en magia y además lo otorgaban José Luis Ballesteros y Encarnita, que abrieron una de las primeras tiendas de magia que hubo Madrid. Tengo muy buenos recuerdos de aquel local. Luego vino el tercer premio nacional en la categoría de Magia General y el primer premio en el Festival de Magia de Cabra, en Córdoba.