Ciencia

Un hongo con efectos psicodélicos para tratar el alcoholismo

Un compuesto que se encuentra en unas 200 especies, la psilocibina, ayuda a reducir el consumo excesivo en un 83%

Seta parasol
Seta parasolLa RazónLa Razón

De acuerdo con la Encuesta sobre Alcohol y Drogas, el consumo de alcohol está muy extendido en España. Tanto, que entre la población general de 15 a 64 años el 93% consumió alcohol alguna vez en su vida y dos de cada tres adultos lo han hecho en el último mes. Se calcula que entre el 15-25% de la siniestralidad laboral se debe a problemas relacionados con el alcohol. Afecta a todas las edades y clases sociales y constantemente se intenta encontrar tratamientos para reducir o anular su consumo desde las autoridades sanitarias. Y una de estas opciones podría llegar desde los hongos. Sí, así como suena.

Según un estudio publicado en Biomed en 2014 y liderado por Solomon P. Wasser, de la Universidad de Haifa, los hongos poseen aproximadamente 130 funciones medicinales, que incluyen efectos antitumorales, inmunomoduladores, antioxidantes, eliminadores de radicales, cardiovasculares, antivirales, antibacterianos, antiparasitarios, hepatoprotectores y antidiabéticos.

Muchos contienen diferentes compuestos activos en el cuerpos, el micelio y otras partes. A eso hay que sumar la actividad de los polisacáridos (carbohidratos formados por un gran número de azúcares simples) de los hongos.

Éstos tendrían una acción beneficiosa en las respuestas inmunitarias y exhiben actividades antitumorales en animales y humanos. Aunque todavía no se comprende bien el mecanismo de sus acciones antitumorales, sí se han documentado en numerosos estudios, sus efectos.

La psilocibina

El último de ellos es el que genera la psilocibina. Este compuesto es producido naturalmente por alrededor de 200 especies de hongos, muchos de ellos con efectos psicodélicos similares a los del LSD y la mescalina. Un equipo de la Universidad de Nueva York, liderado por Michael Bogenschutz, ha publicado en JAMA Psychiatry, sobre sus efectos para tratar el alcoholismo. Se trata del primer ensayo controlado con placebo que explora la psilocibina como tratamiento para el consumo excesivo de alcohol.

El análisis se llevó a cabo entre 93 hombres y mujeres con dependencia al alcohol. Se trató de un estudio doble ciego: no solo los voluntarios, también los autores desconocían quién recibía el tratamiento (dos dosis de psilocibina) y quién un placebo antihistamínico.

La sustancia y el placebo

Para el estudio, el equipo de Bogenschutz contó con voluntarios a quienes se les había diagnosticado dependencia del alcohol según las definiciones estándar y que consumían en promedio siete copas los días en que bebían. Cuarenta y ocho pacientes recibieron al menos una dosis y hasta tres dosis de psilocibina, y 45 pacientes recibieron el antihistamínico placebo.

A eso se suma que todos recibieron hasta 12 sesiones de psicoterapia. Éstas tuvieron lugar tanto antes como después de los tratamientos farmacológicos.

Posteriormente, se pidió a los participantes que informaran del porcentaje de días de consumo excesivo de alcohol que experimentaron durante las semanas 5 a 36 del estudio. También proporcionaron muestras de cabello y uñas para confirmar que no habían estado bebiendo. Luego, a todos los participantes se les ofreció una sesión extra de psilocibina para garantizar que aquellos que recibieron previamente un placebo tuvieran la oportunidad de ser tratados con el compuesto.

Casi la mitad dejó de beber

A lo largo de un período de ocho meses desde el comienzo de su tratamiento, aquellos que recibieron psilocibina redujeron el consumo excesivo de alcohol en un 83 % en relación con su consumo de alcohol antes de que comenzara el estudio. El estudio también demostró que, ocho meses después de su primera dosis, casi la mitad (48 %) de los que recibieron psilocibina dejaron de beber por completo.

«Nuestros hallazgos sugieren fuertemente que la terapia con psilocibina es un medio prometedor para tratar el trastorno por consumo de alcohol, una enfermedad compleja que ha resultado notoriamente difícil de manejar», señala Bogenschutz.

Si bien los resultados son muy esperanzadores, hay que tener en cuenta algunos detalles importantes. Primero, como señalan los autores, se necesitan más estudio para documentar los efectos de la psilocibina y aclarar la dosificación adecuada antes de que el medicamento esté listo para un uso clínico generalizado. De hecho, estos estudios ya han comenzado, según el propio Bogenschutz.

También lo dejó quienes tomaron el placebo

A esto hay que sumarle que el ensayo debería contar con un número mayor de voluntarios con mayor diversidad de edades para brindar un panorama más amplio. Otro tema importante a tener en cuenta es que, si bien más del 80% de los que recibieron el compuesto activo dejaron de consumir alcohol, el 50% de los que recibieron el placebo también dejaron la bebida.

Habría que ver los efectos a largo plazo de ambos grupos. Y, por último, es importante tener en cuenta que la mayoría de los participantes del estudio experimentan profundas alteraciones en la percepción, las emociones y el sentido de sí mismos, que a menudo incluyen experiencias que se consideran de gran importancia personal y espiritual.

Debido a que la psilocibina aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca y puede causar efectos psicológicos incapacitantes –y, a veces, abrumadores–, los investigadores advierten de que solo debe usarse en entornos cuidadosamente controlados y junto con una evaluación y preparación psicológicas.