Opinión

De feminista icónica a Terf

Chimamanda Ngozi Adichie en el Humboldt Forum de Berlín
Chimamanda Ngozi Adichie en el Humboldt Forum de BerlínLa RazónLa Razón

La historia de Dhimamanda Ngozi Adichie, que ha pasado de ser considerada un icono del feminismo a una tránsfoba peligrosa empieza a repetirse demasiado. No hay ámbito en el que no suceda que cualquier personaje pueda ser hoy Dios y mañana el diablo; pero este tema de la transfobia parece un asunto especialmente manipulado desde quién sabe qué ocultos intereses. Sinceramente creo que el grave error de todo esto es poner apellidos. Ni mujeres trans, ni mujeres cis: solo mujeres. Cada una con su historia. Incluida la que incluye un pasado de masculinidad. La pregunta es ¿por qué el debate gira solo y permanentemente en torno al cambio de sexo de mujeres que antes eran hombres? Para empezar, este asunto ocupa demasiado espacio teniendo en cuenta que, por suerte, el porcentaje de personas que no se encuentran en su sexo y deciden cambiarlo para corregir el error de la naturaleza es muy pequeño. Pero es que unas veces son antes hombres y otras mujeres. Solo se habla de transfobia femenina, como si las mujeres -de siempre más empáticas y comprensivas- nos hubiéramos vuelto locas. Ese cambio de sexo, sea para un lado u otro conlleva sufrimientos y también desigualdades respecto a los sexos a los que se accede, una vez se decide el cambio. Lo importante es organizar bien las cosas. Si en boxeo los pesos moscas no boxean con los pesos pesados, pues en el resto de la vida todo debería plantearse de igual manera. Yo no quiero que le pongan apellido a mi sexo, ni al de una mujer que antes fuera hombre. Me cuesta más trabajo entender que un hombre que quiere ser mujer, pero solo cambia de nombre, comparta conmigo todos los espacios ganados a pulso…