Entrevista

«Ahorrar es como dejar de fumar; primero sufres, pero luego respiras mejor»

En «El arte de hacer dinero», el economista Teodor de Mas explica cómo tomar «decisiones inteligentes» para hacerse rico cuanto antes

 Teodor de Mas, autor de "El arte de hacer dinero"
Teodor de Mas, autor de "El arte de hacer dinero"Cedida

El tráfico de gusanos de seda fue el primer negocio de Teodor de Mas (Barcelona, 1973). Este economista catalán, descendiente de una larga estirpe judía, logró hacerse rico rápido para que nadie le dijera qué hacer con su tiempo. En «El arte de hacer dinero» (Arpa) explica a sus tres hijos cómo organizar sus finanzas para ser libres lo antes posible. A él, séptimo Teodor de Mas de su linaje, no le ha ido nada mal. Todo pasa por el ahorro y la planificación.

Usted sigue trabajando, ¿no?

Es una de las cosas que se imagina uno, que no trabajará más cuando sea rico. Luego no es así.

¿Qué es ser rico?

Tener tiempo. El dinero es una herramienta para comprarlo y que no te obliguen a hacer algo que no quieres con él. Los ricos se ocupan, no trabajan.

Unos van al gimnasio y otros tienen ideas.

Exacto. Conozco a un tipo que se hizo rico con 40 y que intentó no hacer nada, pero a las dos semanas de pasear al perro se aburría tanto que se hizo artista. Se puso a pintar cuadros y se metió en un lío de galerías, agentes... Es distinto cuando se hace por obligación.

Dice que no soporta tener dinero en la cuenta.

Al principio sufría por no tenerlo y luego acepté que es que yo era así. Me estresa ver el dinero sin rendir en la cuenta y acabo invirtiéndolo. Como siempre funciono con presupuestos, en realidad da igual lo que tenga en metálico, así que al final no tengo nada. Me preocupan más los flujos de ingresos, que vayan entrando, que el hecho de tener el dinero ahí.

¿Cómo es su fórmula?

En el libro propongo un presupuesto dividido en cuatro: casa, consumo, niños y ahorro. Ahora la vivienda en Madrid y Barcelona está imposible, así que sería la mitad del presupuesto para casa y consumo. Más que los porcentajes, lo importante es reflexionar y hacer un presupuesto: cuánto ganamos, cuánto gastamos y cuánto nos sobra. Ser conscientes.

¿Cuál es el fin del ahorro?

No es para gastarlo más adelante sino para ponerlo a rentar. La única forma de dejar de trabajar por obligación es que el dinero nos dé suficiente.

¿Siempre tiene que ir a financiar una idea propia?

No. Cuando nosotros empezamos lo hicimos en la Bolsa, comprando acciones que nos iban dejando un pequeño dividendo sin trabajar. Así estuvimos ocho años y luego nos metimos en un primer piso, luego el segundo... A partir de ahí te puedes meter en tu propia empresa y ser autónomo, no depender de nadie que te pueda echar.

Dice que ahorrar es como dejar de fumar, ¿qué significa?

El objetivo de ahorrar es dejar de sufrir por el dinero, como si fuera una droga que te hace daño. Al principio lo vas a pasar mal, pero en cuanto te empiece a generar ingresos vas a respirar mejor. Te levantarás por la mañana habiendo ganado ya 100 euros.

¿Qué aprendió de todas las ramas de su familia judía?

Mis padres tenían en el comedor una bandeja para las facturas y cuando estaba a rebosar mi padre dedicaba la mañana del domingo a revisarlas, a graparlas... De ahí aprendí a ser estricto vigilando los gastos. Mi padre toda la vida pedía un descuento allá donde fuera, a comprar un libro o un coche.

¿Cree que el que no se hace rico es porque no quiere?

Hay gente para la que es un tabú, no está preparada. Hay futbolistas, por ejemplo, que podrían serlo pero cuando llegan a los 50 están fatal. Es que es muy importante de dónde vienes, lo que te han enseñado tus padres.

¿Un mileurista podría aplicar su método?

Sí. Cuando nosotros empezamos ganábamos eso y ahorrábamos 500. Como nos costaba, alquilábamos una habitación y ya teníamos 200. Fácil. Sí que se puede.

Dice que ahorrar es una práctica anticapitalista.

Todo está orientado al consumo. El sistema te va a proponer algo siempre para que el sobrante de cada mes te lo gastes en lugar de ahorrarlo. Para eso ya están los ricos. Está bien consumir, pero ahorrar es más radical. Me acuerdo que en una empresa en la que trabajé levantando rondas de capital un inversor que facturaba 300 millones llamaba para pedir 50 euros de un descuento que le correspondía. Un tipo al que cada año le sobraban 30 millones de euros.

¿Hay un gen judío que predispone para el ahorro?

Es más bien cultural. Y luego está la razón histórica innegable de que por religión eran los únicos que podían trabajar con un producto llamado dinero. Los demás tenían prohibido prestar con intereses. Cuando llevas 20 generaciones sabes más que los demás.

¿A qué edad hizo sus primeros pinitos?

Empecé con gusanos de seda, ja, ja, ja. Debía de ser el sueño de mi padre o de mi madre, alguien debió darme los primeros para empezar, como los traficantes. Los hermanos maristas del colegio acabaron hablando con mis padres a ver qué pasaba, que estaba haciendo negocios con los otros niños. Y mis padres, orgullosos.