Sucesos

El falso suicidio de Ana Julia

La dirección de la cárcel asegura que los «arañazos» que se autoinfligió tenían carácter «muy leve», que no precisaron de atención médica

Ana Julia Quezada, en una imagen de archivo
Ana Julia Quezada, en una imagen de archivolarazon

Ana Julia Quezada, la asesina confesa del pequeño Gabriel Cruz, se ha intentado suicidar en prisión, según ha informado Espejo Público.

Un acto para llamar la atención y que estuvo precedido de una serie de extrañas peticiones a la dirección del centro penitenciario que tenían, como denominador común, llamar la atención sobre su persona. Incluso, en un intento de «vender» alguna exclusiva periodística.

Ana Julia Quezada, autora confesa del asesinato del niño Gabriel Cruz, protagonizó ayer un incidente en el centro penitenciario provincial de El Acebuche, en Almería, que fue presentado en principio por algunos medios como un intento de suicidio.

Fuentes penitenciarias, consultadas por LA RAZÓN, señalaron que, tras las oportunas comprobaciones, se ha determinado que no hay nada de eso ya que en el examen médico que se le realizó sólo se le apreciaban unos rasguños en las manos . «Si se hubiera tratado de una cuchilla, los cortes habrían sido mucho más profundos», agregaron.

Los hechos se iniciaron cuando Ana Julia tuvo una discusión verbal, sin violencia física, con otra interna, en un incidente al que no se le dio la menor importancia.

A partir de ahí, Quezada solicitó a la dirección de la cárcel que se le aplicara el artículo 75.2 del Reglamento Penitenciario, que contempla la posibilidad de que un recluso o reclusa disponga de algún tipo de seguridad si es que su integridad está en peligro.

Aunque en principio no había motivos de alarma, la dirección optó por admitir la petición y se le asignó una celda con otra reclusa. No se trata de la «presa-sombra» que se habilita en los casos en que se teme un suicidio, sino que estuviera acompañada en todo momento.

Las mismas fuentes insistieron que fue a partir de entonces es cuando se produjeron las supuestas autolesiones, que no intento de suicidio. Cuando fue reconocida en la enfermería solo presentaba unos «arañazos en las manos». Las citadas fuentes señalaron que el incidente se produjo el pasado día 31 y que, al parecer, el detonante fue una «información aparecida en un medio de comunicación» que llevó a que Quezada, en prisión provisional como presunta autora del asesinato del niño de ocho años Gabriel Cruz, recibiese «algún tipo de reproche» por parte de otra reclusa.

La decisión de asignarle una interna de acompañamiento se ha tomado «pese a que tenemos la certeza de que no hay riesgo de suicidio. Es una prevención porque riesgo como tal no existe». agregaron.

No es la «primera vez» que se da esta situación con Ana Julia Quezada ya que le “afecta ver algunas noticias» sobre su persona, informa Ep.