Caso Bretón

Bretón: «Es a mí a quien se está juzgando, no a mis padres»

José Bretón, durante el juicio
José Bretón, durante el juiciolarazon

Además del juicio que esta semana encara su recta final, José Bretón tiene otra preocupación: sus padres. El acusado por la muerte de los pequeños Ruth y José considera que se está cometiendo una «injusticia» con ellos, pues estima que están siendo sometidos a un juicio paralelo. «Es a mí a quien se está juzgando, no a mis padres», ha afirmado estos días Bretón, según detallan a LA RAZÓN fuentes cercanas al caso. Es más: una vez que el jurado dicte un veredicto, el deseo de Bretón sería permanecer en la prisión cordobesa de Alcolea para estar cerca de su familia. Sin embargo, según ha podido saber este diario, la dirección de la prisión quiere que sea trasladado a otra cárcel. No en vano, de confirmarse su culpabilidad, es previsible que Bretón abandonara el módulo de ingresos en el que se encuentra actualmente –custodiado las 24 horas del día por un interno sombra–, por lo que su régimen de vida cambiaría por completo. Con todo, la última palabra la tendrá Instituciones Penitenciarias.

La influencia que José Bretón siempre ha ejercido sobre sus progenitores, Bartolomé y Antonia, es incuestionable. Y a su vez, estos jamás han dejado de creer en la inocencia de su hijo. De hecho, y al igual que hicieron sus hermanos, Catalina y Rafael, los padres no quisieron declarar en el juicio con vistas a beneficiar a Bretón y, sobre todo, no caer en el perjurio. Hay que recordar que, tal y como aseguró la abogada de Ruth Ortiz, María del Reposo Carrero, un informe policial reveló que Rafael Bretón habría llegado a manipular el móvil de su hermano para eliminar algunas llamadas telefónicas.

Desde aquel fatídico 8 de octubre de 2011, el vínculo del padre de Ruth y José con su familia ha permanecido inexpugnable. Bretón habla prácticamente a diario con sus padres por teléfono. Incluso en los días en los que se celebra juicio. Además, hace ahora nueve días recibió visitas de sus familiares, con los que se comunicó a través del cristal. Por otro lado, dentro de los numerosos aspectos que critica Bretón en torno al juicio que se desarrolla en la Audiencia Provincial de Córdoba, está el hecho de que no permitieran que se acercaran a él ni su hermano ni su padre. Algo que no ocurrió con su madre.

Tal y como ha venido informando este diario, Bretón da su condena prácticamente por confirmada. Antes incluso de que comenzara el proceso, consideraba que un jurado compuesto en su mayoría por mujeres le perjudicaba. Además, piensa que se trata de un jurado «intoxicado» al ser todos sus miembros de Córdoba. Cierto es que ha vivido algunos momentos de optimismo, sobre todo a raíz del «as en la manga» que aseguraba poseer su abogado, José María Sánchez de Puerta.

Una baza fallida

Sin embargo, su ánimo se ha ido «desinflando» con el paso de las jornadas. Cada vez parece más evidente que esta baza sorpresa consistía en las supuestas irregularidades en torno a la cadena de custodia de los restos óseos hallados en Las Quemadillas. Con todo, los agentes que participaron en el registro de la finca coincidieron en señalar que los restos óseos encontrados en la hoguera estuvieron siempre vigilados y precintados en una caja. Ésta, aseguraron, se guardó bajo llave en las dependencias policiales.

Pese a que todas las pruebas apuntan en su contra, Bretón jamás ha cambiado una coma de su versión de los hechos. De lo único de lo que se considera responsable a día de hoy es de haber perdido a los pequeños en el Parque Cruz Conde. Sigue hablando de ellos en presente. E incluso afirma que todavía espera verlos.

La vista oral encara su recta final con la declaración de 45 peritos

La declaración de Josefina Lamas, antropóloga forense que erró en un primer momento al dictaminar que los restos hallados en Las Quemadillas eran de origen animal, supondrá uno de los momentos más destacables durante la tercera y última semana de juicio. Junto a ella, testificarán unos 45 peritos, entre ellos los antropólogos Francisco Etxeberría y José María Bermúdez de Castro, que también examinaron los huesos encontrados en la hoguera. Con todo, sus declaraciones tendrán que esperar hasta el miércoles. Para hoy está prevista la presencia del comisario Manuel Piedrabuena, que fue apartado del caso tras iniciar la investigación. Se da la casualidad de que Piedrabuena también investigó el asesinato de la sevillana Marta del Castillo.