Menores

El chat del terror: la policía pide a los padres que denuncien un grupo de WhatsApp de menores lleno de contenido sexual y violento

Advierten sobre un canal clandestino donde circulan vídeos y fotos explícitas entre adolescentes

Niños con el teléfono móvil a la puertas de un colegio.
Niños con el teléfono móvil a la puertas de un colegio. Jesús G. FeriaLa Razón

Las autoridades extremeñas han lanzado una seria advertencia tras detectar la existencia de un grupo de WhatsApp en el que se difunden imágenes y vídeos de carácter sexual y violento protagonizados o consumidos por menores de edad. La alarma surgió a raíz de varias denuncias que han puesto sobre la mesa la magnitud del problema y el riesgo que supone para los jóvenes usuarios de la aplicación.

Según la información recabada, en este grupo no solo circulan contenidos pornográficos, sino también grabaciones de agresiones físicas e incluso mensajes que incitan al odio o a la autolesión. Todo ello compartido sin control, en un espacio digital donde participan menores que muchas veces desconocen las consecuencias legales y psicológicas de estas prácticas.

Desde la Junta de Extremadura y los cuerpos de seguridad se insiste en la importancia de la prevención y de la educación digital, animando a padres y docentes a hablar abiertamente sobre estos riesgos con los adolescentes. Se recuerda, además, que la difusión de material sexual o violento que implique a menores constituye un delito grave, aunque quienes lo reenvíen sean también menores.

Un grupo identificado por un logotipo con la bandera de España y el águila

Desde las autoridades se insiste en la importancia de que las familias hablen abiertamente con sus hijos para saber si han sido incluidos en este grupo —identificado por llevar como logotipo una bandera de España con el águila— y, en caso afirmativo, se recomienda no abandonarlo de inmediato, sino acudir cuanto antes a la Guardia Civil o la Policía Nacional para denunciarlo, aportando así las pruebas necesarias. Incluso si el menor ya no forma parte del grupo pero conserva el historial de mensajes, o simplemente conoce su existencia, se anima a presentar igualmente la denuncia para frenar su actividad.

Este caso se suma a una tendencia preocupante que afecta a todo el país: el uso de redes sociales y servicios de mensajería para compartir contenidos extremadamente sensibles entre menores. Expertos en protección infantil alertan de que la falta de supervisión y la normalización de la violencia en internet pueden dejar secuelas profundas y difíciles de reparar.