Ciencia

Así será el centro nacional de emergencias nucleares

Un almacén en San Sebastián de los Reyes (Madrid) se convertirá uno de los puntos críticos de la seguridad atómica española. Allí se establecerá el Centro Nacional de Apoyo en Emergencias (CAE) desde donde partirá una unidad capaz de intervenir en menos de 24 horas en todo accidente nuclear que se desate en cualquier central de España.

La Razón
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Este equipo de intervención, supervisado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y respaldado por la Unidad Militar de Emergencia (UME), es uno de los nuevos dispositivos de seguridad que la catástrofe de Fukushima ha mostrado como necesarios. Estará en la sede de una compañía privada, Tecnatom, una de las empresas que más colabora con el CSN y la industria nuclear, a la que se ha encargado la puesta en marcha de esta infraestructura. Además, se está formando un aguerrido equipo humano capaz de hacer frente a un hipotético Fukushima hispano que, como el centro, debe estar listo antes de que acabe 2013.

El objetivo del proyecto es ser capaces de movilizar el personal y los equipos básicos para evitar un desastre como el sucedido en la planta atómica japonesa el 11 de marzo de 2011. Da igual que, como aquel día, las carreteras estén interrumpidas, las comunicaciones caídas y el suministro eléctrico tumbado.

La estrategia de seguridad nuclear debe contar con un plan de emergencia que se sobreponga a todas esas eventualidades, inexistente como tal hasta ahora, y que sea capaz de proporcionar los materiales necesarios a las centrales en apuros para evitar que se descompongan como acabó sucediendo en Japón. Las primeras 24 horas son críticas en situaciones de emergencia nuclear y por ello este equipo de reacción rápida tiene que estar preparado para, por ejemplo, prestar apoyo en Almaraz si se inundara o en Cofrentes si un terremoto la quebrara.

Los equipos que se guardarán en ese almacén, que todavía se están definiendo, pretenden abarcan todas las necesidades que se puedan plantea en una emergencia nuclear. Según ha podido saber Materia, incluirá generadores diésel portátiles de energía eléctrica de tamaño intermedio, para hacer frente a uno de los primeros problemas que se plantearon en Fukushima. La central nipona se quedó sin alimentación eléctrica cuando el tsunami inundó sus generadores de emergencia, provocando que los reactores quedaran fuera de control.

Deben caber en un helicóptero

El CAE también contará con bombas para propulsar agua, vital para mantener frío el núcleo de los reactores, por ejemplo. Además, suministrará equipos para restablecer conexiones eléctricas, mangueras para conexiones temporales, sistemas de iluminación y material para la protección de los trabajadores.

Este instrumental para los operarios va más allá de la amenaza radiológica, e incluye desde guantes y botas hasta equipos de respiración autónoma. Además, contará con la logística necesaria para su transporte, proporcionada por la UME en las situaciones más excepcionales, y sofisticados sistemas de comunicación.

Los materiales definitivos con que contará el centro todavía se están perfilando entre Tecnatom y las operadoras de las instalaciones nucleares españolas.

Aunque Tecnatom se ha negado a ofrecer información a pesar de la insistencia de este medio, lo cierto es que el principal problema al que se enfrentan en el diseño del plan es conseguir equipos que no sean excesivamente grandes: además de cumplir con su objetivo, deben caber en el helicóptero que los desplace hasta la futurible central siniestrada.

Los medios de desplazamiento, así como todo tipo de apoyo logístico correrá de parte de la UME, que aportará los medios necesarios en función de los distintos convenios firmados con el CSN y según confirman fuentes de la propia unidad militar.

Un equipo de hipotéticos liquidadores

Pero no sólo habrá militares de apoyo. Hace ya un año se inició un proceso de selección de personal capaz de hacerse cargo de este tipo de emergencias.

Tecnatom se encargará de la formación de este equipo de respuesta rápida en emergencias que debe contar con conocimientos de electrónica y mecánica, pero también con unas condiciones físicas y psicológicas como las que tendría un bombero o un policía nacional. Especialistas capaces de soportar altos niveles de estrés y todo tipo de situaciones de tensión, con una condición física envidiable y experiencia en protección civil o lucha contra incendios.

Aunque su puesto no está específicamente planteado para hacerlo, en el peor de los casos estos operarios podrían convertirse en aquellos liquidadores de Chernóbil o los 50 de Fukushima, por lo que toda preparación será poca.

Su trabajo consistirá en estar permanentemente dispuestos para acudir a la llamada de la alerta roja, con simulacros y entrenamientos continuos. Rotarán periódicamente por todas las instalaciones nucleares españolas, para conocerlas a la perfección en caso de tener que regresar para ayudar a poner freno a un gran susto.

La idea de levantar este CAE fue sugerida por las propias operadoras de las centrales nucleares de todo el mundo, a partir de los defectos en la respuesta de emergencia detectados en Fukushima.

Junto a otros problemas, como la ventilación del hidrógeno o la ausencia de una sala de coordinación alternativa dentro de las centrales, la industria atómica descubrió tras el desastre japonés que sería conveniente contar con este centro de apoyo que cubra todo el territorio nacional en menos de 24 horas. Así se lo plantearon los operadores españoles al CSN, que lo incluyó como uno de los puntos a mejorar en las pruebas de resistencia de las nucleares españolas.

Todavía se está definiendo no sólo la configuración técnica del proyecto, sino también sus características legales y empresariales, que se encontraban bloqueadas según adelantó Vozpópuli. Tecnatom, participada por Endesa, Iberdrola y Gas Natural-Fenosa, pretendería redefinir su estrategia en torno a este y a otros proyectos relacionados con las emergencias nucleares.

Más información en la web Materia