Australia

Cuando el científico hace las maletas

El paleontólogo Diego García-Bellido, hijo de un premio Príncipe de Asturias, se va a Australia

El paleontólogo Diego García-Bellido, hijo de Antonio García-Bellido, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que el próximo 27 de diciembre se marcha a Australia a trabajar debido a la falta de oportunidades existentes en España
El paleontólogo Diego García-Bellido, hijo de Antonio García-Bellido, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que el próximo 27 de diciembre se marcha a Australia a trabajar debido a la falta de oportunidades existentes en Españalarazon

Los recortes en investigación y desarrollo de los últimos años están teniendo, según los científicos, graves consecuencias para el sistema, una de ellas "el exilio"de decenas de investigadores, como es el caso de Diego García-Bellido, de 42 años que el 27 de diciembre coge las maletas para irse a Australia.

Este paleontólogo, hijo de Antonio García-Bellido, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, va a volar al otro lado del mundo con su familia, su mujer y sus dos hijos, porque, según explica a Efe, en España no hay alternativa.

"He optado por el plan B", dice este investigador formado inicialmente en la Universidad Complutense de Madrid, quien asegura que él siempre ha querido investigar en España.

García-Bellido, quien recuerda que la ciencia ha estado constantemente en "la mesa de su casa"-su madre trabajó en el laboratorio de su padre, y de los cuatro hermanos, tres estudiaron biología y uno física- ha sido contratado por la Universidad de Adelaida, Australia, durante un año, con un contrato prorrogable.

Allí seguirá investigando lo que más le gusta: la "explosión"de biodiversidad del Cámbrico, primer período geológico del Paleozoico, un evento evolutivo que marcó entre 540 y 520 millones de años atrás la aparición de casi todos los grupos de animales, y lo que le ha hecho publicar en algunas de las mejores revistas científicas.

Este paleontólogo ha trabajado hasta ahora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el Instituto de Geociencias, con una plaza a través del programa de contratación postdoctoral "Juan de la Cierva"y del "Ramón y Cajal".

Este mes termina su contrato "Ramón y Cajal"después de cinco años y sin que haya salido una plaza de científico titular a la que poder optar, tal y como decían las bases de la convocatoria a la que se presentó en 2007 -calcula que como él en el CSIC hay unos 40-.

Por eso, dice, se va, porque no tiene alternativa, aunque espera a corto o medio plazo poder volver a España.

"Si saliera una plaza en España de mi perfil, tengo clarísimo que intentaría optar", afirma este investigador, formado además en Canadá, Alemania, EEUU y Australia, a donde vuelve a ahora.

García-Bellido declara tener sentimientos "encontrados"; por un lado, recalca, siente el abandono por parte de una Administración que no ha entendido la ciencia como prioritaria y ha dejado de invertir y, por otro, "en estos años siempre se ha sentido querido".

"Nos han dejado mal", insiste García-Bellido, quien recuerda que si bien él quería investigar en España hay otros científicos que con el compromiso de unas buenas condiciones han dejado importantes proyectos fuera para venirse aquí y "ahora se sienten engañados".

Su decisión fue difícil y meditada, sobre todo por cuestiones familiares; a su padre al principio le daba mucha pena y no se veía viajando hasta Australia, pero ahora lo ve como una "oportunidad de oro", declara García-Bellido, quien admite que "dentro de lo malo"lo que a él le ha tocado no es tan malo y se siente afortunado.

Este paleontólogo también muestra su frustración al ver que después de años de formación se "regalan"científicos a otros países y porque no se entienda que el sistema "funciona con muy poquito".

"Sólo un kilómetro de autovía serviría para contratar a cien científicos titulares durante un año", concluye.