México

El meteorito que «remató» a los dinosaurios

Una nueva teoría asegura que los grandes reptiles ya se estaban extinguiendo antes del impacto de hace 66 millones de años

Antes del impacto del meteorito, los dinosaurios ya estaban desapareciendo a un ritmo mayor que las especies no dinosaurianas
Antes del impacto del meteorito, los dinosaurios ya estaban desapareciendo a un ritmo mayor que las especies no dinosaurianaslarazon

Una nueva teoría asegura que los grandes reptiles ya se estaban extinguiendo antes del impacto de hace 66 millones de años

Desde hace unos días, un equipo internacional de científicos ha puesto el foco en el gigantesco cráter de la península de Yucatán donde se supone que están los restos del meteorito que acabó con la vida de los dinosaurios. Ya saben: la teoría más aceptada sobre el fin de aquellos animales, y con ellos, de cerca del 80% de la vida en el planeta hace 66 millones de años, es la del impacto de un fragmento de asteroide que provocó un cataclismo global. Ahora, los investigadores tratan de desentrañar algunos secretos de aquel suceso mirando de cerca la huella que dejó el impacto y que resulta que está oculta bajo 1.000 metros de agua y otros tantos de sedimento en las profundidades del Golfo de México. Pero mientras la expedición prosigue su trabajo, que terminará con unos cuantos restos de roca desperdigados por universidades de varios países (entre ellos España) para su análisis, una nueva noticia viene a crear algo de zozobra en los amantes y estudiosos de la gran extinción. ¿Y si los dinosaurios ya estuvieran empezando a extinguirse antes de aquel impacto? ¿Y si el asteroide realmente no vino más que a certificar la muerte de una especie que ya estaba en las últimas?

Expertos de las universidades de Bristol y Reading en el Reino Unido han utilizado un complejo programa de análisis estadístico en conjunción con los datos del registro fósil para demostrar que las especies de dinosaurio estaban desapareciendo a un ritmo mayor que las especies emergentes no dinosaurianas ya 50 millones de años antes de que el famoso meteorito impactara sobre la Tierra.

Es decir, que los grandes saurios ya se encontraban en un claro declive antes de que la roca gigantesca terminara de «rematarlos». Estos nuevos datos podrían suponer una revolución en el conocimiento de la historia evolutiva de aquellos animales.

El trabajo demuestra que el ritmo de desaparición de individuos era realmente alto entre todas las especies de dinosaurio, pero en algunas de ellas la situación era mucho más crítica que en otras. Por ejemplo, los saurópodos (dinosaurios de grandes proporciones con largos cuellos y colas robustas) se encontraban en grave riesgo de desaparición. Sin embargo, los terópodos, el grupo al que pertenece el mítico T-Rex, estaban en una situación más estable.

La noticia puede tener considerables implicaciones en la ciencia que reproduce la vida de aquellos seres. El impacto sigue siendo la hipótesis más importante para explicar la extinción pero podría ser que el fin de estos animales ya estuviera marcado en el destino evolutivo y se hubieran desvanecido igualmente sin necesidad de un impacto.

Las grandes bestias de las que hoy sólo nos queda el registro fósil dominaron todos los ecosistemas terrestres durante 150 millones de años. Pero en algún momento perdieron su habilidad para evolucionar o, al menos no lo pudieron hacer a la velocidad necesaria para adaptarse al terreno.

Quizás esa debilidad previa aumentó su fragilidad en el momento del impacto hace 66 millones de años y redujo sus posibilidades de sobrevivir al evento cataclismático.

Sin duda, el impacto fue brutal: arrojó millones de toneladas de polvo a la atmósfera, bloqueó la radiación solar, enfrió globalmente el clima y redujo la generación de diversidad vegetal. Los animales de mayor tamaño, dependientes de grandes cantidades de energía procedentes de las plantas, murieron y detrás, los depredadores que se alimentaban de ellos.

Pero hubo otros factores previos que condujeron al apocalipsis. Por ejemplo, la separación de las masas continentales que servían de terreno o la actividad volcánica sostenida. Esta desaparición gradual pudo tener efecto en el desarrollo de otros animales. Los pequeños mamíferos, mejor adaptados a los cambios que se estaban produciendo, tuvieron más espacio para desarrollarse y estuvieron mejor preparados para suplir a los dinosaurios cuando el impacto terminó de aniquilarlos. No hay que olvidar que de aquellos mamíferos surgió la línea evolutiva que llega hasta nosotros mismos, como especie.