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La noche en la que conocimos al cometa Halley

Seis momentos de la maniobra de aproximación al cometa Halley
Seis momentos de la maniobra de aproximación al cometa Halleylarazon

Nombre de un comenta: ¡Halley!

Será porque la primera vez es para siempre, o porque la misión tenía todos los ingredientes para llegar al público, o quizás porque la experiencia no habría de repetirse, pero lo cierto es que aquella noche de hace 30 años el nombre del cometa Halley se grabó en la memoria de los aficionados –y no tanto- a la astronomía.

Tres décadas después, y como si de una respuesta en un concurso de televisión se tratara, el nombre de aquel astrónomo que hace 300 años observaba el cielo se ha quedado asociado al del apellido de un cometa, sea el que sea, y “cometa Halley” es hoy un binomio indisoluble.

Estos días la comunidad científica recuerda aquella noche del 13 al 14 de marzo de 1986, cuando la nave Giotto de la Agencia Espacial Europea (ESA) voló a 596 kilómetros del cometa Halley –apenas “un paso”, menos de la distancia que separa Madrid y Barcelona- y reveló por primera vez el aspecto del núcleo de un cometa a corta distancia.

Comparada con los avances de hoy en día, la empresa no alcanza al hito de la nave Rosetta, que alcanzó el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko en 2014 y desplegó el módulo de aterrizaje Philae, pero aportó valiosa información.

La ESA rememora estos días la aventura del Giotto, resumida en el montaje fotográfico que ilustra estas líneas, y que muestra seis imágenes de aquel vuelo de reconocimiento histórico. La primera de ellas (parte superior izquierda) fue tomada tres horas antes de la aproximación más cercana, a una distancia 766.371 km, y la última (parte inferior derecha) solo 27 segundos después de la aproximación más cercana, a 1917 km del núcleo. A medida que se acercaba Giotto, las imágenes mostraban un objeto tremendamente oscuro con forma de patata de 15 x 7,2 x 7,2 km.

El cometa también se conoce como 1P/Halley; «1P» indica que se trata del primer cometa identificado como periódico. El astrónomo Edmund Halley fue quien reconoció que los cometas observados en los años 1531, 1607 y 1682 tenían propiedades orbitales similares y sugirió que podría tratarse del mismo objeto, que volvía a nuestros cielos con regularidad.

De hecho, en 1705, predijo que el cometa, que se desplazaba en un elipse alargada en un periodo de alrededor de 76 años, podría verse de nuevo en 1758. Halley falleció antes de que esto ocurriera, pero otros astrónomos observaron el regreso en 1758 y 1759, lo que confirmó su predicción y, a su vez, la posibilidad de que el cometa fuera realmente periódico.

Las apariciones posteriores del cometa Halley, en 1835 y 1910, ofrecieron más información sobre la naturaleza de los comentas gracias a la aparición de instrumentación astronómica más potente. Tras el surgimiento de la era espacial en la segunda mitad del siglo XX, el regreso del cometa en 1986 fue acogido con una flota de naves espaciales.

La armada Halley incluía a Giotto además de dos sondas de la Unión Soviética, Vega-1 y Vega-2, y dos de Japón, Sakigake y Suisei. La nave International Cometary Explorer de la NASA, que se había convertido en la primera misión espacial de aproximación a un cometa por pasar a aproximadamente 7800 km del cometa 21P/Giacobini–Zinner en 1985, también observó Halley en 1986, según informa la ESA.

Giotto recibe su nombre del pintor italiano que representó a la estrella de Belén como si fuera un planeta en 1303. Capturó las imágenes más próximas a un cometa que se han tomado jamás. Después de que Vega-1 y Vega-2 se aproximaran hasta los 8900 km y 8000 km respectivamente, a principios de marzo de 1986, la ESA utilizó sus datos para guiar a Giotto todavía más cerca.

El Halley volverá a pasar cerca de la Tierra en el año 2061.