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La «Voyager 1» ya está fuera del sistema solar

La Voyager1
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Fue lanzada hace 36 años desde Cabo Cañaveral con el objetivo de estudiar los confines del Sistema Solar. Y de momento, la «Voyager 1» cumple su misión. Hasta el punto de que ya ha marcado un hito: ser el objeto creado por el hombre que más se ha alejado de la Tierra. La NASA no ha dejado lugar a dudas: estamos ante un logro comparable con la primera vuelta a la Tierra o los primeros pasos sobre la Luna, según informó el jefe científico de la misión Ed Stone, del Instituto de Tecnología de California. Y es que, a tenor de los análisis, la cápsula se encuentra a una distancia de nuestro planeta seis veces superior a la de Neptuno: más de 18.000 millones de kilómetros del Sol. En definitiva, en pleno espacio interestelar. «Lo logramos», afirmó ayer Stone.

Lo cierto es que los resultados, publicados en la revista «Science», indican que la nave, tras pasar por Júpiter y Saturno, abandonó la heliosfera –la «burbuja» en cuyo interior se encuentran los planetas del sistema solar– el 25 de agosto de 2012–. Los científicos detectaron entonces señales extrañas en la nave, similares a partículas cargadas procedentes del Sol que se desvanecían. De hecho, percibieron un gran aumento en el número de rayos cósmicos procedentes de fuera del sistema solar. «Nos llevó 10 segundos darnos cuenta de que estábamos en el espacio interestelar», afirmó Don Gurnett, científico de la Universidad de Iowa y uno de los responsables de la misión.

Sin embargo, al no haber cambios en la dirección de las líneas del campo magnético, todavía no podían afirmar con rotundidad que la «Voyager 1» hubiera traspasado la heliosfera. Algo que «todavía nos desconcierta», afirmó el físico Gary Zank, de la Universidad de Alabama. Finalmente, el pasado mes de abril, los expertos dieron con la clave: la medición de la densidad de electrones por centímetro cúbico dio un resultado de 0,08, una cifra que encaja dentro del intervalo que muestra el espacio interestelar. La nave, según se hizo público ayer, mostró dicho resultado el 25 de agosto de 2012.

De esta forma, se pone fin a una polémica entre la agencia espacial estadounidense y algunos colectivos científicos que parecía perpetuarse en el último año. ¿Verdaderamente la sonda ha sobrepasado el sistema solar? No en vano, las dudas al respecto se han prolongado durante bastante tiempo. «Es prematuro juzgar», afirmó ayer Lennard Fisk, profesor de la Universidad de Michigan y ex colaborador de la NASA. «¿No podemos esperar un poco más? Quizás este escenario nos sirva para ir más lejos», añadía.

El «disco de oro»

La «Voyager 1» porta instrumentos para medir los campos magnéticos, el viento solar y los rayos cósmicos. Con todo, tanto esta sonda como su «gemela» –la «Voyager 2», lanzada unas dos semanas antes que su sucesora– se hicieron especialmente populares por llevar consigo el llamado «disco de oro». ¿El objetivo? Una suerte de botella lanzada al mar que incluye abundante información sobre nuestro planeta, con vistas a que pudiera ser hallada por alguna especie extraterrestre.

Este disco de 12 pulgadas de cobre y bañado en oro contiene sonidos e imágenes con datos sobre la vida en la Tierra: saludos en 55 idiomas –incluidos el del entonces presidente de Estados Unidos o el secretario general de la ONU–; 116 imágenes representativas de la naturaleza –de un parto, los planetas, información anatómica, animales, monumentos como la Gran Muralla china...–; sonidos como el del llanto de un bebé, las olas del mar, el viento y la lluvia; música que va de la clásica al rock –desde Mozart hasta Chuck Berry–, así como cantos tradicionales...

Está previsto que ambas sondas dejen de enviar información en 2025, año en el que se agotará su suministro energético y, definitivamente, apaguen sus instrumentos.