Ciencia y Tecnología
Lo más grande de Apple
El iPad Pro ya está en España. Su tamaño, velocidad y potencia lo convierten en la sensación de la temporada: el «eslabón perdido» entre la tablet y el portátil.
Finalmente llegó a España el iPad Pro. Y es grande, muy grande. Y también muy veloz. De acuerdo con Apple, su chip A9X de 64 bits, es más potente que el 80% de los ordenadores vendidos en el último año y el doble de rendimiento. Visualmente, su diseño es similar al del iPad Air 2 y su peso, poco más de 700 gramos, está por debajo del MacBook Air: un iPad Pro y un iPad Mini 4 pesan lo mismo que el MacBook Air. Lo que sobresale en esta nueva tablet es su tamaño de pantalla 12, 9 pulgadas y un récord, los 5,6 millones de pixels lo convierten en el dispositivo iOS con más pixels. Trabajar con imágenes, editar vídeos (o verlos) es mejor que hacerlo con muchos ordenadores portátiles. Sus sensores detectan cuando una imagen es estática y reducen los 60 Hz a 30 Hz, no disminuye la calidad, pero sí el consumo de batería. Algo similar ocurre con los altavoces (cuatro, dos superiores y dos inferiores) que se configuran dependiendo si la tablet está en modo horizontal o vertical.
Siguiendo con la pantalla, tiene la tecnología Multi-Touch, que permite arrastrar, pellizcar y tocar diferentes objetos. Es intuitiva y fácil de utilizar. Pero teniendo en cuenta que Apple ha innovado tanto con el 3d Touch, la tecnología que determina el grado de presión que se ejerce, también hubiera sido deseable contar con ella en esta tablet, sobre todo si está pensada para creativos, diseñadores y profesionales que trabajan con la imagen y el sonido. Pese a ello, la pantalla es sumamente sensible al tacto y está sustentada por un hardware que realiza unas 240 detecciones por segundo de las zonas de contacto, el doble que modelos anteriores. Esto le da una precisión sin precedentes. La batería dura unas 10 horas de uso continuo, igual que sus hermanas menores, aunque tarda un poco más que ellas en recargarse. Interesante la incorporación del Smart Connector. Gracias a él no solo se recarga la tablet, también hace posible el intercambio de datos con diferentes accesorios (como el iPencil o el teclado/funda que pronto se lanzará a la venta en España). Apple ha facilitado las especificaciones del Smart Connector a otras compañías para que puedan diseñar teclados, ratones y otros accesorios, ampliando de este modo el rango de opciones con los cuales dotar esta tablet. Lo que no posee es un puerto USB. Teniendo en cuenta que, con el teclado, el iPencil y la funda el precio es muy similar a un MacBook Air (el iPad Pro de 32 GB cuesta 899€ y el de 128 GB 1.079 €) debería incluir uno que facilitara en enlace con otros dispositivos (por ejemplo un ratón) de Apple u otras marcas. El iPad Pro será, en unos años, el eslabón perdido entre las tablet y los ordenadores portátiles y del mismo modo que el iPad fue devorado por el iPhone, el iPad podrá comerse a los MacBook. Para que eso sucede, en el hardware habrá que incluir nuevos conectores (al menos dos puertos USB para realizar presentaciones en vídeo en pantallas externas y para transferir todos los archivos que aún pululan por los portátiles, aunque el AirDrop funciona a la perfección para ser justos), dotar el teclado de un trackpad o la posibilidad de un ratón inalámbrico y agregarle la tecnología 3D Touch. En cuanto al software, iOS tendrá que adaptarse a estas nuevas características, el menú de inicio deberá ofrecer un dock y los widgets deberían poder convivir con las apps. Unir lo mejor de los dos mundos. Si logran eso, será la evolución esperada. Estaba escrito, la llegada del iPencil Obviamente blanco, el buque cromático insignia de Apple, de líneas definidas y precisas, el iPencil es el stylus que tanto esperaban los especialistas. Toda su tecnología apunta a la experiencia: detecta la presión que se ejerce para dar un trazo más sutil o grueso y, si se inclina, actúa como un lápiz con el que se puede sombrear un contorno. Gracias al Smart Connector no hay que realizar ningún ajuste extraño: simplemente se conecta, se detecta y se usa. Una carga basta para mantenerlo vivo durante 10 horas y con 20 segundos de carga rápida, se extiende a media hora de emergencia. No hay problema de “borrones” provocados por tocar la pantalla con la mano mientras se usa el iPencil: el iPad Pro bloquea el tacto “tosco” de la mano en preferencia del stylus. Es perfecto por precisión y versatilidad. Pero tiene defectos, su precio (cerca de 100 €, cuando debería estar incluido en la tableta), ni las fundas ni el propio iPad tienen un imán o soporte para no perderlo y se desaprovecha mucho su uso, aún nuevo, tanto en las apps, que no sacan todo su partido (al igual que sucede por ahora con el 3D Touch) como la propia Apple que podría dotarlo de un sensor de huella, por ejemplo, para compatibilizarlo con Apple Pay (firmar con él bastaría para acreditar identidad en compras) o utilizar un botón de presión en la parte superior que sea equivalente al Ctrl+Z, permitiendo borrar el último cambio efectuado. Desafortunadamente solo funciona con el iPad Pro, no hay forma de trabajar en documentos compartidos desde un iPhone 6 Plus, por ejemplo, con el iPencil, algo que se agradecería para hacer cambios rápidos y puntuales, sin necesidad de usar la tablet.
Apps para iPencil Pese a su novedad, la mayoría de las aplicaciones han adaptado su contenido al uso del nuevo stylus de Apple, sobre todo aquellas relacionadas con la producitividad, el diseño, la arquitectura, el dibujo o la educación. AutoCad 360, Adobe, TouchCast Studio, 53 by Paper, iMovie o juegos como Vainglory o The Room Three. El inconveniente es que se sigue viendo al iPencil como un lápiz 2.0. Y tiene el potencial para mucho más. La app Human Anatomy Atlas, por ejemplo, lo convierte en un bisturí y permite a los estudiantes de medicina seccionar, abrir y hasta trasplantar cartílagos o músculos viendo las consecuencias de cada gesto. Y ahi reside su potencial, en que las aplicaciones y la misma Apple, vayan más allá de las primeras impresiones.
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