Arqueología

Los neolíticos de Cataluña ya usaban hongos para hacer fuego

El análisis de los restos de un yacimiento de Girona ha desvelado que sus antiguos habitantes utilizaban hongos como yesca para encender o transportar el fuego hace 7.300 años

Vista general de la excavación del sector B de La Draga, donde han aparecido los hongos yesqueros
Vista general de la excavación del sector B de La Draga, donde han aparecido los hongos yesqueroslarazon

Una investigación en la que ha participado la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha desvelado que las comunidades neolíticas del poblado de La Draga (Banyoles, Girona) usaban hongos como yesca para encender o transportar el fuego hace 7.300 años. El descubrimiento es fruto de las diversas intervenciones arqueológicas, que han permitido también poner al descubierto una singular colección de estos organismos, única en la prehistoria europea. El estudio se ha publicado en la revista PLOS ONE.

Según explica Raquel Piqué, investigadora de Prehistoria de la UAB y una de las autoras, “aunque el uso del fuego está bien documentado en La Draga, hasta ahora no habíamos encontrado ningún indicio sobre los materiales que utilizaban para encenderlo o transportarlo. Los datos apuntan a que la mayoría de los hongos recuperados en el yacimiento fueron seleccionados, trasladados de los bosques de los alrededores del poblado, secados y almacenados para ser utilizados como yesca.

Además, añade, «dos de los ejemplares que hemos analizado presentan muestras evidentes de haber sido manipulados con esta finalidad, lo que avala nuestra hipótesis”.

Las condiciones excepcionales de este yacimiento para la conservación de restos arqueológicos, que permanecen sumergidos en el nivel freático, han permitido a los investigadores recuperar hasta 86 restos de hongos –algunos completos– y realizar el estudio taxonómico, identificando la presencia de seis especies: Skeletocutis nivea, Coriolopsis gallica, Daedalea quercina, Daldinia concentrica, Ganoderma adspersum y Lenzites warnieri.

“Es un hecho excepcional que se hayan podido recuperar estos hongos, dado que su conservación como material arqueológico es muy difícil, al ser muy sensibles a la descomposición”, destaca Antoni Palomo, investigador del Museo de Arqueología de Cataluña y de la UAB y coautor del trabajo.

La mayoría de los ejemplares recuperados son políporos, pudiendo crecer sobre los troncos de árboles muertos o parasitar árboles vivos. Son especies no comestibles, que, sin embargo, han sido tradicionalmente utilizadas para encender fuego, por lo que se las conoce también como hongos yesqueros.

Altamente inflamables

Su estructura leñosa les hace altamente inflamables y, por tanto, ideales para iniciar y transportar el fuego. Entre las especies utilizadas para este fin, se encuentran Daedalea quercina, diversas especies de Ganoderma,Coriolopsis gallica y Daldinia concentrica, todas ellas documentadas en La Draga. El hongo yesquero se utilizaba para prender las chispas que se desprendían de golpear una roca silícea contra un mineral rico en sulfuro férrico, como la pirita o la marcasita.

El hallazgo hace de La Draga un caso excepcional para el estudio del uso de hongos en la prehistoria, aseguran los científicos. Es uno de los yacimientos donde mayor cantidad y diversidad de especies se han recuperado hasta ahora.

Hasta el momento, los escasos hallazgos arqueológicos de hongos se restringían a yacimientos del norte y centro de Europa, aunque sólo en contadas ocasiones se había podido demostrar su uso tecnológico. Destacan los del yacimiento mesolítico de Starr Carr (Reino Unido), también interpretados como resultado de su transporte intencionado para ser usados como hongos yesqueros. Otro ejemplo notable, pero de cronología más reciente son los restos que transportaba Ötzi entre su equipo, la momia humana natural más antigua de Europa, hallada en los Alpes.

La importancia del yacimiento gerundense de La Draga

Los restos de hongos estudiados ahora forman parte del conjunto de hallazgos recuperados en el poblado neolítico de La Draga, situado en la orilla oriental del lago de Banyoles, en Girona. La importancia de este yacimiento prehistórico radica en que fue uno de los primeros lugares donde las sociedades campesinas neolíticas se establecieron en el noreste de la península Ibérica transformando el espacio que les rodeaba para desarrollar prácticas agrícolas y ganaderas para su subsistencia.

El rasgo más singular del yacimiento es la conservación de elementos elaborados en madera y otras materias orgánicas, hecho excepcional para cronologías tan antiguas que posibilita un acercamiento diferente y más completo a la comprensión de las primeras sociedades campesinas del Mediterráneo occidental.

La Draga se descubrió en 1990 y desde entonces se han sucedido las campañas de excavación bajo la coordinación del Museo Arqueológico de Banyoles y la participación de la Universidad Autónoma de Barcelona, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IMF, Barcelona) y el Museo de Arqueología de Cataluña.

Las excavaciones de La Draga han sido financiadas por un proyecto del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, mientras que la investigación ha recibido apoyo del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad mediante un proyecto coordinado entre el CSIC y la UAB, así como de Recercaixa.