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La sonda Rosetta envía sus últimas fotos antes de concluir su misión
Antes de estrellarse ha enviado las imágenes más cercanas tomadas a un cometa
¿Y si los cometas no trajeron agua pero sí los ladrillos fundacionales de la vida? S hoy Rosetta cumple su último encargo, estaremos un poco más cerca de responder a estas cuestiones.
La Agencia Espacial Europea (ESA) informó hoy desde su centro de control de operaciones de que la sonda Rosetta ha dejado de mandar la señal y que ha concluido la misión con éxito. Curiosa paradoja: el suicidio asistido de la misión más espectacular de la Agencia Espacial Europea ha tenido lugar junto a las fuentes vitales del Sistema Solar.
Previamente Rosetta tocó la superficie del cometa 67P Churyumov-Gerasimenko, el primer cometa en la historia del Cosmos que recibe la visita de un aparato humano, a las 10.39 horas GMT a una velocidad de 3,2 kilómetros por hora y mandó datos durante 40 minutos más.
Pero la muerte de Rosetta ya estaba anunciada desde el lanzamiento de la nave en marzo de 2004. Ya entonces se sabía el final de la película.
Rosetta no puede permanecer en órbita de 67/P y perderse eternamente con él. Tampoco puede seguir encendida una vez aterrice en el cometa porque la frecuencia en la que emite sus datos es muy codiciada y no debe interferir en las comunicaciones de misiones futuras. La única solución es dejar que la nave caiga sobre el objeto rocoso y se apague. Por el camino de descenso, quizás pueda ofrecer su último servicio a la ciencia y enviar las imágenes más nítidas y cercanas de un cometa.
Entre los 50 y los 100 metros de altura (nunca antes una cámara se había acercado tanto) la cantidad de gas y polvo que expulsa el cometa es tan grande que ofrece muchas posibilidades de hallar en ella lo que se está buscando: moléculas orgánicas, los ladrillos con los que se forman las proteínas o aminoácidos, que son la base del ADN. Es decir, los precursores de la vida tal como los conocemos.
Entre las teorías sobre la evolución de la vida en la Tierra, una de las que gozó de éxito es la que postulaba que el planeta se llenó de agua tras el impacto de miles de cometas cargados con moléculas de este elemento. Más tarde, sobre aquel planeta acuoso otros asteroides trajeron las moléculas orgánicas necesarias para crear vida. La misión Rosetta puso ciertas sombras en esta idea, ya que, tras analizar el agua emitida por la cola de 69/p, se descubrió una composición isotópica muy diferente a la del agua terrestre. ¿Puede ser que no fueran los cometas los que irrigaron la Tierra? Quizás este cometa sea demasiado atípico para extrapolar sus datos al resto del Sistema Solar, pero las preguntas son pertinentes. En mayo de este año la ESA anunció que Rosetta había encontrado restos del aminoácido glicina y de fósforo en su objeto de estudio. Ambos son componentes esenciales del ADN. ¿Y si los cometas no trajeron agua pero sí los ladrillos fundacionales de la vida? Aún queda mucho por conocer de estos cuerpos errantes. Pero con las fotos que ha mandado hoy Rosetta, cumpliendo así su último encargo, estaremos un poco más cerca de responder algunas cuestiones. Entonces Rosetta podrá descansar, eternamente, en paz.
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