Polémica

Los Comprehensive Cancer Center (CCC), una idea europea que ya tenemos en España

Al parecer algún «sanedrín» ha decidido que sean 8, mire usted que bien. No entiendo que nuestro sistema sanitario necesite significar con el dedo del capricho a quién se le pone esa «estrella CCCs»

Enfermera poniendo quimioterapia
Enfermera poniendo quimioterapiaDREAMSTIMEDREAMSTIME

No entiendo muy bien la ocurrencia de hacer una declaración de centros –supongo que, de excelencia– del cáncer en Europa, y menos aún que lo asimilemos a España como si todas las ideas que inventan los de fuera fueran de por sí asimilables.

Al parecer algún «sanedrín» ha decidido que sean 8, mire usted que bien. Será 1 por cada 2 comunidades autónomas, y desde Sanidad ya se decide cuáles son las afortunadas. A partir de ahí, no sé lo que se va a hacer, pero supongo que, si hay dinero, se reparte en ese club de privilegiados.

Vaya por delante mi intención, en mis años de director de los Hospitales de Madrid, de juntar Servicios de alta especialización, ya fuera médica o quirúrgica, para hacerlos excelentes. Todo el mundo sabe que 3 Servicios de cirugía cardíaca son mejores si tienen mil intervenciones al año, y no repartidas en ocho hospitales de Madrid (que alguno llega a 500). Y hasta figura en un Plan Estratégico de todas las especialidades de Madrid, que debe estar enterrado en polvo en alguna estantería.

Lástima la ilusión de más de 1.500 profesionales que, durante dos años, lo confeccionaron con su mejor intención. Perdonen por el engaño, mi intención no era archivarlos –como ya me pasó con la sugerencia realizada en su día a mi gran amigo el doctor Carlos Revilla, que llevó y convenció al gran ministro García Vargas. En ese caso, fueron veintitrés tomos de la llamada «Comisión Abril Martorell», de los que al menos un ejemplar hojeo en mi casa de vez en cuando.

Pues bien, en el caso que nos ocupa, no entiendo que nuestro sistema sanitario necesite significar con el dedo del capricho a quién se le pone esa «estrella CCCs», y vaya mi afecto al gran servicio tan bien llevado desde su creación por el gran maestro y amigo González Barón y, ahora, por el Dr. Feliú y sus magníficos compañeros que, al parecer, han sido elegidos en La Paz.

En Madrid, y en España, hay muy buenos servicios de Oncología, y se necesitan prácticamente todos. Y aquí viene mi personal quimera de que estos Servicios deberían ser los encargados de llevar el Registro Poblacional de Tumores y el Comité de Tumores. Sin embargo, seguimos sin tener un registro nacional de tumores (porque no se ha priorizado), y cada día son menos los rigurosos Comités con sesión clínica.

Precisamente esta semana, el Redecan –la llamada Red de Registros de Cáncer– publicaba, como todos los años en enero, su informe anual, con el deshonroso título: «Estimaciones de la incidencia del cáncer en España 2024». El calificativo de «deshonroso» es porque, un año más, seguimos «estimando». Yo mismo le agradecí mucho al funcionario que me mandase las cifras del número de tumores en Madrid, dos meses después de ser despedido por las «mareas» de los que no entendieron nuestros empeños –por cierto, nada explicados y peor defendidos ante la población frente a la gran «performance» que exhibieron los luchadores, entre ellos, la ministra actual, dicho sea sin rencor, no faltaba más–.

El bueno del funcionario me dijo que eran 24.300 tumores en Madrid, y sigo pensando que eran muchos más. Redecan tiene el honroso «cuadro de honor» de las CC AA que llevan el Registro. El País Vasco –el primero que lo realizó– y, después, Asturias, La Rioja, Navarra y Murcia, además de las provincias de Salamanca, Gran Canaria, Tenerife, Mallorca, Tarragona, Gerona y Granada. Vaya mi admiración para todas ellas. Sin embargo, en su conjunto no abarcan ni el 30% de la población española.

Y, lo siento, pero ni Madrid, ni España tiene Registro de Tumores, (en EE UU se publica desde hace más de 30 años) así que ni siquiera los que hacen el esfuerzo pueden verificar los datos si los demás no colaboran. Porque las personas viajan con su cáncer y este puede ser contabilizado varias veces o, por el contrario, ni una sola vez.

Por ello ningún centro puede ser mencionado como excelente, –ni ninguna región presumir– si no exige tener un registro de sus enfermos y de sus incidencias, ya sean de su centro o de fuera del mismo. Es algo clave. Centros de excelencia, si ,por supuesto. Todos deben serlo en cáncer y en determinadas técnicas referidas a quien las haga mejor. Y, una vez más, libertad de elección del enfermo, para todos y en todos los lugares.