Libros

Bruselas

Cristina Pardo: «Me da mucha rabia que suceda una noticia cuando estoy de vacaciones»

Cristina Pardo: «Me da mucha rabia que suceda una noticia cuando estoy de vacaciones»
Cristina Pardo: «Me da mucha rabia que suceda una noticia cuando estoy de vacaciones»larazon

De Génova a La Moncloa y vuelta a empezar, con paradas en Bruselas cuando tercia o allí donde esté Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría o alguno de los miembros destacados de la ejecutiva del PP. Esa es, por el momento, la cotidianeidad periodística de Cristina Pardo, que, aún asumiendo que el don de la ubicuidad es una utopía, multiplica sus comparecencias televisivas en laSexta: se brega con igual pericia en una conexión en directo que reparte juego entre los tertulianos de «Al rojo vivo» cuando suple a Antonio García Ferreras. A esta periodista que pocas veces se queda sin palabras, salvo cuando toca, pone puntos suspensivos en la conversación al comentarle, apropiándonos de lo dicen otros, ese término tan manoseado como que es «el rostro emergente» de laSexta. No lo sabe y, en todo caso, tampoco le quita el sueño. Ella, que sólo piensa en el presente continuo, ahora está dedicada a su afán diario con un aliente añadido: la publicación de «Los años que vivimos PPeligrosamente» (Plaza & Janés).

–Lo veo venir. Más de uno dirá: otro rostro televisivo que publica libro...

–Entiendo el recelo de la gente, piensan que porque trabajemos en la tele no tenemos capacidad para hacer otro tipo de cosas, por ejemplo, escribir una novela. En mi caso, aunque me encantaría, es cierto. Pero sí que puedo escribir sobre lo que he vivido.

–¿Se podría decir que su libro es la «cara B» sobre la información del Partido Popular y del Gobierno?

–Sí, porque yo me centro en contar ese tipo de anécdotas que no caben en una pieza del informativo. Pequeños gestos que, sin embargo, te sirven mejor para describir una situación que un comentario sesudo.

–¿Me dice algún ejemplo?

–Algo que a algunos les puede parecer una tontería. El que tengo más vivo es el que sucedió en una rueda de prensa que ofreció Rajoy tras conocerse la existencia de los papeles de Bárcenas. Cuando habla a la Prensa, el presidente del Gobierno suele retorcer un clip, algo que pienso que es porque no se siente demasiado cómodo en esas situaciones. En aquella ocasión llevaba un bolígrafo y lo retorció tanto que salió disparado por encima de Merkel. Para mí, eso reflejaba la tensión que sentía en aquel momento y evidenciaba su estado anímico.

–¿Qué político popular le ha sorprendido más en todos estos años?

–Últimamente muchos. Hace poco, Carlos Floriano me dio un beso cuando le pregunté por Bárcenas. Esteban González Pons me parece un gran comunicador porque explica las cosas para que le entiendan todos. Y, sin duda, la gente del PP vasco me sorprende cada día. Tienen un plus por la situación en la que viven.

–Giulio Andreotti dijo: «El poder desgasta, pero la oposición mucho más». ¿Compraría usted esa frase?

–No cubro el PSOE, por lo que no manejo información de primera mano. Pero sí que es verdad que lo veo desdibujado. Le cuesta encontrar su sitio para diferenciarse del resto de la oposición, por eso a veces adopta posturas que son incomprensibles para el electorado. Además, creo que tienen un problema de liderazgo, a Rubalcaba le cuestionan los suyos, claro que desde el PP también se dice que él tiene sentido de Estado...

–Una reflexión: los periodistas estamos viviendo una situación inédita y que puede ser incómoda. A veces, cambian una rueda de prensa o una entrevista, los políticos, artistas y demás personajes públicos eligen Twitter para transmitir sus opiniones. ¿Usted qué piensa?

–Como herramienta de comunicación Twitter me parece que es un acierto siempre que, y lo subrayo todas las veces que quiera, no se convierta en un sustitutivo de comparecencias más abiertas para evitar entrevistas y otro tipo de formatos más valientes. Que los políticos no respondan a las preguntas es un mal que padecemos hoy en día. Creo que la gente espera de ellos más cercanía, que nos digan la verdad, que nos traten como adultos.

–No le cuento nada nuevo si le digo que ahora a los periodistas se les estigmatiza por trabajar en determinados medios.

–La culpa, en parte, es de nosotros y, sí, algunos creen que trabajamos como si fuésemos militantes de nuestro medio. En mi caso, casi como si fuese directora general de laSexta. La ciudadanía tiene la apreciación de que somos muy poco autónomos cuando pienso que la mayoría trabajamos desde la honestidad.

–Otros dicen: «¡Menudo salto ha pegado Cristina Pardo, de la Cope pasó a laSexta...!

–Sí, es un salto, pero no en la dirección maliciosa que proyectan algunos. En la Cope nunca salía de la redacción, escribía entradillas, titulares... Ahora tengo un margen más amplio y puedo emplear un tono más coloquial y desenfadado sin perder mi espíritu crítico.

–Empezó en la profesión con 19 años y ahora tiene 36. ¿No ha padecido todavía el síndrome de estar «quemada»?

–No me tengo que esforzar para transmitir al espectador la pasión que siento por lo que estoy contando.

–¿La «adicción al trabajo» cómo la lleva?

–Pues no muy bien. Me cuesta desconectar cuando estoy de vacaciones. Vale, en vez de ver tres informativos sólo veo uno, pero con Twitter es prácticamente imposible; es más, me da mucha rabia que ocurra una noticia gorda cuando estoy de vacaciones.

–También se comenta que apunta alto, que es una de las periodistas emergentes de laSexta.

–Soy trabajadora y responsable, pero no tengo ninguna prisa por llegar a algún sitio. Ser jefe no le garantiza a nadie que vaya a ser más feliz. Y también tengo que decir que no todo el mundo está preparado para serlo.