«El show de Michael...»: Fox se da un homenaje

De la necesidad, virtud. Este refrán encaja como un guante en la peripecia vital de Michael J. Fox. Al actor le diagnosticaron en 1991 Párkinson, lo que se vivió como un drama en Estados Unidos. Tras una temporada en el dique seco, lejos de amilanarse, volvió a la televisión con una comedia hecha a su medida. No en vano se llama «El show de Michael J. Fox» y, a qué negarlo, tiene unos toques «sentimentales-didácticos-festivos» pelín innecesarios.

Sin abandonarle el rostro de eterno adolescente –apuntalado, eso sí, por varios «liftings»–, el protagonista de «Regreso al futuro» encarna en la serie a su álter ego: Mike Henry, un periodista que sabía ver como nadie una noticia, pero no tanto a su familia, ya que apenas reparaba en ella. Tras ser diagnosticado Párkinson, el señor en cuestión deja de trabajar y se pone las pilas a nivel afectivo. Poco después, se incorpora al mundo laboral con otra perspectiva. Este argumento es la excusa para que Michael J. Fox demuestre que su vis cómica está en plena forma, algo que se comprueba de forma intermitente a lo largo de los episodios. Estamos ante una serie que no es exigente con el actor que la protagoniza, que se mantiene en el registro en el que se siente más cómodo.

Toda una celebridad en Hollywood, la red de amigos de Michael J. Fox se ha prestado gustosa a hacer varios cameos en la ficción. La primera, su esposa, Tracy Pollan, además de Sting, Anne Heche, Brooke Shields y Christopher Lloyd, su compañero de reparto en «Regreso al futuro».

En Estados Unidos, la audiencia le dio una notable bienvenida al actor. Emitida por la NBC –a fin de cuentas esta cadena es su segunda casa, ya que se hizo allí famoso con la serie «Enredos de familia»– en la noche de los jueves que dedica a las «sitcoms», la producción logró en su estreno 7,5 millones de espectadores.