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Greg Daniels: «En Estados Unidos, el guionista es el jefe»

LA RAZÓN, asiste a la «master class» de Greg Daniels, guionista y productor de «Los Simpson», «The Office» y «Parks in Recreation»

Imagen de la comedia «The Office», una de las producciones en la que ha intervenido Greg Daniels
Imagen de la comedia «The Office», una de las producciones en la que ha intervenido Greg Danielslarazon

Bloc de notas en mano y con la sonrisa puesta. Así recibieron 220 guionistas y estudiantes que están en camino de serlo a Greg Daniels en la Cineteca del Matadero de Madrid. Lógico si se tiene en cuenta que, por cortesía del sindicato de guionistas ALMA, Dama y la Fundación SGAE, Daniels –guionista y productor de «Saturday Night Live», «Los Simpson», «Seinfeld», «The Office» y «Parks in Recreatión– estaba ofreciendo una «master class» que dejó al auditorio embobado. Con semejante currículo –ha obtenido 5 premios Emmy–, el escritor iba desgranando perlas como ésta: «Antes de criticar la serie en la que vas a trabajar, espera a venderles diez chistes al menos. Es cuestión de educación», una frase que, al tiempo que destapaba el intríngulis de lo que es trabajar para una serie de éxito –en la que desparraman los egos de guionistas, actores y directores y demás fauna televisiva–, también era una lección práctica sobre el negocio.

Labor de pico y pala

La vis cómica de Daniels no sólo está reservada para la ficción; también recurre a ella con el fin de quitar hierro a su oficio, uno en el que, por muy creativo que se sea, hay que hacer mucha labor de pico y pala para hacerse un hueco y mantenerse en el tiempo sobreviviendo incluso a las series que han sido el pasaporte para el éxito. «Hay tres tipos de guionistas de comedias: los graciosos que, además son alegres; los que tienen un lado oscuro y los que utilizan el humor como un mecanismo de defensa», sentenció. Y a partir de ahí hizo un diagnóstico de su profesión en la industria del entretenimiento estadounidense, concretamente cuando un guionista se las tienen que ver con los grandes estudios y las grandes estrellas. Y, allí, en el vientre creativo donde se están gestando desde hace años las series que marcan tendencia en todo el mundo, también hay agujeros oscuros donde los guionistas literalmente desaparecen: «Larry David –guionista, productor y actor de ''Saturday Night Live'' y ''Seinfeld''–, tenía una habitación llena de cómicos que le proponían ''scketches'' y, a los que les daba el visto bueno, luego los firmaba como coautor». Los guionistas de EE UU y España aunque están en galaxias distintas –así lo afirmaron muchos de los guionistas patrios que asistieron a la «master class»– sí que en ocasiones comparten la misma órbita, que no es precisamente la más apacible para ellos. «Algunas comedias de situación se graban los viernes. Ese día, aparecen en el plató todos los responsables. Por supuesto están los actores, que son demasiado impacientes y a veces no le dan el tempo apropiado a las frases que tienen que decir, por lo que se rompe el ritmo de la comedia; luego, está el intrusismo de los ejecutivos de la cadena, que siempre tienen algo que decir aunque no aporten demasiado y, finalmente, algunos guionistas que empiezan a gritar sus chistes para que los elijan. En todo ese proceso, que en ocasiones es una locura, el componente emocional de la trama se pierde por el camino».

Este ejemplo digamos que es un estado de excepción que, eso sí, va mutando en el tiempo tomando distintas apariencias. Uno de los grandes problemas, ya subsanados en Estados Unidos, es que, dentro del equipo técnico y artístico de las series, los distintos departamentos vivían en realidades paralelas. Más de una vez, y de dos, así lo cuenta, ha sucedido que los productores ninguneaban las necesidades del guión, de la historia en definitiva, por los caprichos del jefe de atrezzo, del máximo responsable de montaje... «Cuando se habla de la producción de una serie, los guionistas son imprescindibles, porque son los que mejor conocen la trama, la iluminación que requiere, la fotografía, el diseño de vestuario, todo». Es, y así debe ser, la columna vertebral de un proyecto.

Pero, en el principio de todo, está la idea a desarrollar. Daniels es ya una institución en las «salas» o despachos informales donde se reúne un grupo de guionistas para desarrollar los capítulos. «Lo ideal es que sean cinco personas, si hay más se crea una gran confusión que no hace avanzar las tramas. En ese laboratorio se coordinan los diálogos de los distintos personajes y se abren los grandes debates... En los últimos tiempos los guionistas de comedia hablamos muchísimo de los grandes dramas que se están haciendo como ''Juego de tronos'', ''Breaking Bad''. ¿Con envidia? «No, me estoy preparando para ser un guionista dramático pero he desistido».

Daniels también tuvo tiempo para mandarle un recadito al cómico Ricky Gervais, toda una celebridad en Hollywood e impulsor de «The Office». «Gervais creó un juguete y se aburrió. ¡Yo quería seguir jugando con él». ¿Resultado? Gervais escribió 12 episodios, Daniels 201. Para finalizar, un mensaje de ánimo a los guionistas españoles: «En el cine, el jefazo es el director. Una vez que tiene el guión, él manda. En televisión, el capitán es el guionista».