Granada
«Isabel»: La traición mutua de los reyes
Las tensiones palaciegas, que en el capítulo anterior llevaron a «Isabel» a marcar récord de temporada –con 3,8 millones de espectadores y 19,5% de «share»–, alcanzan en la entrega de esta noche su apogeo. Aunque la reina, interpretada por Michelle Jenner, dará a luz al príncipe Juan, la alegría por el nacimiento del heredero de las coronas de Castilla y Aragón acabará eclipsada por las traiciones y el distanciamiento que se ha establecido entre los monarcas, hoy más divididos que nunca.
Ni siquiera la victoria sobre Portugal logra suavizar las diferencias entre Isabel y Fernando, que mantienen posiciones enfrentadas sobre un posible pacto con Francia y la idea de implantar la Inquisición. El obstinado carácter de la pareja les llevará a intentar negociar sin tener en cuenta la opinión del otro, un hecho que acabará enfureciendo tremendamente al monarca. «¡Me siento traicionado, como hombre y como rey!», será el bramido de Fernando al descubrir la situación. La ira será su gran aliada para no tener remordimientos a la hora de sucumbir a los encantos de Beatriz de Osorio, que se aprovecha de la crisis del matrimonio real. Para colmo, en la corte de Granada, Muley-Hacén ha seducido a Isabel de Solís, convirtiéndola en Zoraida: la desconfianza de los cristianos hacia conversos y hebreos aumenta cada vez más.
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