Nueva Zelanda
La globalización de internet
Facebook encabeza un proyecto junto a otras seis multinacionales que pretende ampliar la red a toda la población, sin dejar de lado la parte lucrativa
Sólo un tercio de la población del planeta tiene la posibilidad de usar internet. En cifras, existen 2.700 millones de habitantes conectados frente a 5.000 millones que no lo están. Para conseguir que esas dos partes de la Tierra logren acceder a la red, Facebook ha promovido una campaña que quiere «hacer accesible internet a aquellos que no pueden costearlo», como declaró el presidente y fundador de la red social, Mark Zuckerberg , en un comunicado en su muro. A la iniciativa –bautizada con el nombre de Internet.org–, que tiene como objetivo desarrollar proyectos y concienciar a la industria y a los gobiernos de los beneficios de la «conexión global», se han adherido gigantes de las telecomunicaciones como Nokia, Ericsson, MediaTek, Opera, Samsung y Qualcomm. Otros, como Twitter y LinkedIn también colaborarán, pero no como socios completos.
Sin embargo, el proyecto no pretende únicamente llevar internet a los más desfavorecidos. Internet.org tiene una doble cara en la que se lleva a cabo una filosofía que entremezcla los objetivos humanitarios con el lucro personal. Con esta alianza mundial, las empresas de tecnología consiguen satisfacer las demandas de las grandes empresas sobre el crecimiento y, así, atraer a clientes más allá de los principales mercados –Norteamérica y Europa–, algo desgastados, y conseguir implicar a las multinacionales para que inviertan en la construcción de servicios e infraestructuras en los nuevos mercados fijados: los países más pobres de Asia, África y América.
Para lograr el objetivo de conectar al mundo las empresas se valdrán de tres vías. La primera de ellas es lograr un acceso a la red asequible económicamente, tanto por el precio de los datos como por el de los dispositivos electrónicos. Para ello, la nueva coalición pretende reducir el coste de la prestación de servicios en un 99% en los próximos diez años. La segunda vía es la de reducir la carga del tráfico en internet gracias al desarrollo de aplicaciones y herramientas que requieran un menor flujo de datos. Y, por último, nuevos modelos de negocios sostenibles que conviertan en viable este desarrollo. Si la iniciativa logra los objetivos, Facebook, su principal impulsor, lograría triplicar sus usuarios, hasta una cifra cercana a los 3.000 millones.
Hasta el momento, cada empresa ha ido avanzando individualmente. Por su parte, la red social de Zuckerberg está desarrollando un proyecto que pretende reducir la cantidad media de datos utilizados en los dispositivos Android, de 12 megabytes al día a 1, sin pérdida de prestaciones. Qualcomm, empresa fabricante de chips, ha creado nuevos diseños para aumentar la duración de las baterías. El fabricante finlandés de teléfonos, Nokia, ya ha desarrollado otro proyecto con Facebook, en el que permitían acceso gratuito a la red social con algunos de sus teléfonos móviles, y que se saldó con un importante aumento de las ventas.
Facebook «hackeado»
Mientras Internet.org está en su fase inicial, Zuckerberg se ha visto envuelto en polémicas después de que el «hacker» palestino Khalil Shrea-tech consiguiera vulnerar la seguridad de su muro el pasado lunes. El director de seguridad de Facebook, Joe Sullivan, ha remitido un comunicado para explicar los motivos del conflicto y por qué no hicieron caso a las indicaciones previas de Shreatech antes de actuar, en las que les avisaba del error. El directivo justifica la falta de respuesta por «no haber recibido suficientes detalles». Por otro lado, la comunidad de informáticos de la red ha recaudado 6.000 dólares para recompensar la labor del «hacker».
Internet gracias a globos de helio
Google comenzó en junio de 2013 un proyecto piloto en Nueva Zelanda con unas aspiraciones similares a las de Facebook. En esta ocasión, se conoce como el Proyecto Loon y el objetivo es aportar la conexión a internet necesaria a personas con pocos recursos o que viven en áreas remotas mediante la utilización de 30 globos de helio que surcan el cielo. Estos artilugios irán equipados con un receptor del tamaño de una pelota de baloncesto que emite señales wi-fi y crea una red inalámbrica aérea de velocidad 3G. Los globos flotarán por la estratosfera –a unos 20 kilómetros de la superficie– y utilizarán unos algoritmos de software para determinar su dirección y buscar las capas de viento que mejor les convengan.
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