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Metanfetamina para la televisión
Durante años hemos visto cómo las series de televisión se encontraban, en cierta medida, a la sombra del cine. Ningún actor o director con renombre se rebajaba a probar suerte en la pequeña pantalla. Era para intérpretes de segunda categoría, que no llegaban a conseguir papeles en la industria de Hollywood o que si lo hacían era en cintas directas a vídeo. Todo esto ha cambiado y hoy más que nunca han evolucionado hasta alcanzar un nivel que no se había visto hasta el momento. Una buena demostración de la categoría de Oscar que han alcanzado, fue la ceremonia de entrega de los Emmy de este año en la madrugada del lunes al martes. Un gran despliegue con estrellas, presentadores de excepción, una audiencia de más de 16 millones de espectadores –un día de finales de agosto– y un desfile de sueldos que no tiene nada que envidiar a las luminarias del celuloide. En metro, caminando o en autobús, lo más granado del negocio televisivo llenó el Teatro Nokia de Los Ángeles para celebrar la fiesta de la pequeña pantalla.
«Breaking Bad» fue la gran vencedora en su despedida con cinco galardones. A pesar de que estaban en todas las apuestas, ni «True Detective», ni «Orange is The New Black», ni «Juego de tronos» se llevaron los premios gordos. Pero sí que forman parte de la nueva historia que se está escribiendo en la ficción americana. Para entender este proceso de renovación y lavado de cara de la pequeña pantalla hay que acudir a diversos factores. Uno de los más importantes es el nivel de las historias que se cuentan. Este cambio se ha hecho notar en la economía. Desde la huelga de guionistas entre 2007-2008, hay un 35% menos de escritores que se dedican al cine. La televisión paga mejor y da más libertad. La series en la actualidad están barriendo a las películas. «Breaking Bad» tiene una evolución de su personaje principal que es algo muy difícil de aplicar en el límite de tiempo impuesto por una película. Como consecuencia directa están los datos de su último capítulo, que batió récord de audiencia con 10,3 millones de espectadores en EE UU. «The Killing», otro ejemplo claro, dedica 20 horas a resolver un asesinato y en su día «Buffy La Caza vampiros», que comenzó en los cines sin pena ni gloria, se convirtió en un fenómeno televisivo una vez hizo el cambio de medio. Los ejecutivos de los estudios de cine están obsesionados con hacer dinero y saben que las franquicias es un «target» fácil. Para ellos los «remakes» y todo lo que esté alejado de ideas originales es una apuesta segura. Según el director Danny Boyle («Slumdog Millionaire»), la tendencia del cine a ir a lo seguro le está quitando a este arte su esencia, llama a dicha tendencia «pixarificación», todo debe convertirse en familiar y que haga caja. De ahí, probablemente, el triunfo de que el elenco al completo de «Modern Family» se pasease por la alfombra, ya que arrasó en comedia llevándose tres merecidos galardones. La televisión se ha convertido en un refugio de geniecillos donde han podido dar rienda suelta a su imaginación y creatividad dando vida a pequeñas joyas que han atraído en los últimos años a actores de primera fila. Un claro ejemplo es «True Detective», que estrenará proximamente Atresmedia, y donde dos consagrados como Woody Harrelson y Matthew McConaughey han demostrado que esta evolución de la televisión está enganchando al público. Su primera temporada se cerró con 3,5 millones de espectadores lo que la convierte en una de las ficciones más vistas de la HBO.
Entre homenajes a Robin Williams –que empezó su carrera en televisión–, con un emocionado Billy Crystal y las bromas de Ricky Gervais sobre sus nominaciones, por la alfombra roja del Teatro Kodak desfiló toda una galería de grandes actores que están formando parte de la nueva televisión. Destacar los dos infiltrados ingleses, Cumberbatch y Freeman, y su «Sherlock», que consiguieron dar la sorpresa de la noche con tres galardones.
Calidad cinematográfica
No sólo las historias poseen una calidad notable, también la factura cinematográfica ha cambiado. Según Richard Brown, productor de «True Detective», la televisión era un medio rápido donde no se cuidaba mucho ésta. Eso ha cambiado. «En ''True Detective'' intentamos traer más aire cinematográfico a la pequeña pantalla». Un personaje de la talla de David Fincher («Seven») dirigió los primero capítulos de la exitosa serie original producida por Netflix, «House of Cards», protagonizada por Kevin Spacey, y ahora repite con una para HBO llamada «Utopía». Guillermo del Toro ha creado una serie llamada «The Strain» para Fox y Oliver Stone, otra titulada «The Untold History of The United States», sobre sucesos de la II Guerra Mundial que nunca fueron contados. Steven Soderberg se ha unido a Clive Owen para hacer «The Knick», un drama de diez horas ubicado en la ciudad de Nueva York. Otro peso pesado que ha visto el filón televisivo es Steven Spielberg: desde que comenzara con «Hermanos de sangre» en 1999, el director ha mantenido su matrimonio con la televisión en muy buen estado. Ficciones como «Taken» o «Into The West» son algunas en las que ha participado como productor ejecutivo. Más recientemente ha hecho «The Pacific», «Terra Nova» o «The River» entre otras.
Tras la gala llegó la recompensa, y también las fiestas de las cadenas de las que dieron buena cuenta las estrellas. Pero las que lucen en un espacio, la televisión, que cada día es más grande.
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