Ana Pastor

Un debate innovador para unos comicios del siglo XXI

De izquierda a derecha: Esther Vaquero, Ana Pastor, Vicente Vallés y la directora del programa, Luz Aldama
De izquierda a derecha: Esther Vaquero, Ana Pastor, Vicente Vallés y la directora del programa, Luz Aldamalarazon

El próximo lunes, a partir de las 22:00 horas, Antena 3 y laSexta emitirán el encuentro dialéctico entre Soraya Sáenz de Santamaría, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias moderado por Ana Pastor y Vicente Vallés.

Si hubiera que definir una Champions de los debates políticos, es evidente que se va a jugar el próximo lunes en Antena 3, laSexta, Atresplayer, además de la emisión en directo en Onda Cero durante horario «prime time». Sin pactos previos, ni tiempos de intervención anteriormente establecidos, lo único que se sabe –decisión que se tomó ayer en un sorteo en el que estuvieron presentes José Luis Ayllón por el PP, Adriana Lastras por el PSOE, Fernando Páramo (Ciudadanos) e Irene Montero (Podemos)– es la posición de los participantes: de izquierda a derecha se situarán Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría. El primer turno de intervención será para el líder socialista y lo cerrará la vicepresidenta del Gobierno. La última posición de palabra también será para Sánchez mientras que finalizará el debate Iglesias.

«Las condiciones a los partidos políticos las hemos puesto nosotros», –afirmó la directora del programa, Luz Aldama–, «es un formato inédito en la historia de la televisión en España, que será diverso y plural, abierto y flexible, y en el que tanto Vicente Vallés como Ana Pastor harán las preguntas con un criterio exclusivamente periodístico». Serán dos horas de debate, –aunque habrá una previa que empezará a las 20.00 horas, conducida por Susanna Griso y Antonio García Ferreras– en la que los candidatos estarán de pie, sin atriles «para que se pueda ver su lenguaje no verbal», comentó Ana Pastor. Sólo contarán con un pequeño mueble accesorio y un taburete por si en algún instante del debate deciden sentarse. En ningún momento podrán usar sus móviles y sólo entrará un asesor en las dos pausas del espacio.

Sin normas

A Ana Pastor y Vicente Vallés todavía no les ha dado tiempo a darle vueltas a la selección de preguntas que realizarán. La presentadora de «El objetivo» quiso subrayar que será «un debate sin normas en el que seguiremos los criterios periodísticos del mundo anglosajón y, por supuesto, se repreguntará si es necesario. Es un encuentro no sólo necesario, decisivo, si se tiene en cuenta que hay un 22 por ciento de indecisos».

El debate se articulará en cinco bloques: una primera pregunta, dos partes temáticas –economía y estado del bienestar y reformas institucionales–, una última pregunta y un minuto final en el que los candidatos podrán hablar del tema que deseen. La periodista Esther Vaquero conducirá una sala del tiempo. En ella, cuatro periodistas, cuyas identidades aún se desconocen, verificarán los minutos que intervenga cada candidato. No es cuestión de fiscalizar sus intervenciones, pero sí de evitar las quejas de uno u otro, o de todos, sobre el que disponen. El objetivo es la búsqueda de equilibrio simplemente, no se pretende una exactitud matemática.

Uno de los momentos más insólitos y novedosos del formato será la presencia de la «cámara muda». Ésta seguirá a cada político desde el momento en el que abandone la sede de su partido o su domicilio particular hasta que llegue a Atresmedia. «Se mostrarán las imágenes, pero se escuchará lo que estén hablando. Hay que dejarles un mínimo de intimidad en esos minutos previos», afirmó Vallés. Para Luz Aldama será otra prueba de fuego, ya que, aunque «no se oiga lo que dicen, sí se podrá deducir por sus gestos si están nerviosos, tranquilos, si repasan en el último momento sus propuestas...». El despliegue técnico ha sido descomunal. Más de 500 personas están trabajando en el programa, que contará con un centenar de cámaras y alrededor de 70 micrófonos, y en el decorado habrá más de 10.000 luces leds. En el plató también entrarán 300 ciudadanos que sólo podrán aplaudir al inicio y al final, «ya que no queremos que condicionen a los candidatos», dice Aldama.