París

Cuatro años de cárcel para el inventor de las prótesis mamarias PIP

La Razón
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Con alivio y cierta decepción se recibió ayer en el Tribunal Correccional de Marsella la sentencia de cuatro años de prisión firme dictada contra Jean-Claude Mas, fundador de las prótesis defectuosas PIP (Poly Implant Prothèse). En la sala, algunas de las víctimas respiraban al poder, por fin, tratar de culpable al responsable de un escándalo mundial que ha llevado a miles de mujeres a tener que retirarse quirúrgicamente los implantes de la marca fabricados con un gel no homologado de baja calidad. Pero también con la frustración lógica de no ver al septuagenario, impasible durante la lectura del veredicto, ingresar directamente en la cárcel ya que el acusado confirmó ayer su intención de recurrir. La sentencia le castiga, además a 75.000 euros de multa – inferior a los 100.000 reclamados por la Fiscalía – y le prohíbe ejercer, de por vida, todo tipo de actividad en el sector médico así como dirigir una empresa.

Junto a Mas, los otros cuatro imputados, directivos y altos cargos de la empresa, fueron igualmente condenados a penas de entre tres años y 18 meses de prisión, algunas exentas de cumplimiento, por "engaño agravado"y "estafa". Todos, acusados de estar al frente de un fraude sanitario de dimensiones planetarias. Entre 2001 y 2010, la sociedad PIP, que llegó a ser el cuarto fabricante mundial de implantes, comercializó miles de prótesis mamarias con una silicona no reglamentaria cuyos riesgos sanitarios no han sin comprados aunque sí se ha constatado un aumento del índice de rotura.

300.000 afectadas

Se estima que unas 300.000 mujeres en todo el mundo portarían o habrían portado este tipo de implantes y según un último balance de la Agencia francesa de productos sanitarios (ANSM), 7.500 mujeres habrían sido víctimas de roturas y 3.000 de efectos "indeseables", principalmente "reacciones inflamatorias".

Durante el juicio celebrado el pasado mes de mayo, no quedó probada la peligrosidad de la silicona "low cost"utilizada por PIP ni su efecto cancerígeno como insinuó la acusación tras la aparición de tumores en algunas de las afectadas. El "alquimista loco", como le denominó el fiscal, ha reconocido haber usado un gel "casero"no apto para uso médico pero rechaza que sus prótesis sean "más peligrosas que las de la competencia".

Pero su calvario judicial no ha terminado. Aún se encuentran en instrucción en los juzgados de Marsella, otras dos causas: una por "heridas involuntarias"y otra por "bancarrota fraudulenta y blanqueo". Fundada por Mas en 1991, la sociedad PIP realizaba el 80% de su cifra de negocio fuera de Francia, fundamentalmente en América Latina. Como medida de precaución las autoridades sanitarias de los respectivos países en donde se comercializaron las prótesis fraudulentas han recomendado su extracción. En Francia, de las 30.000 afectadas, 17.135 han procedido ya a retirarlas. En España, el número de portadoras ascendería a unas 20.000.