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De la esperanza al duelo de la familia Quer
Los psicólogos afirman que el hallazgo del cadáver ayuda a reconocer la nueva realidad
Los psicólogos afirman que el hallazgo del cadáver ayuda a reconocer la nueva realidad.
Han transcurrido casi 500 días desde que desapareció la hija mayor de la familia Quer. En concreto, 490 días durante los que tanto su padre, Juan Carlos Quer, como su madre, Diana López-Pinel, y su hermana Valeria deseaban que la investigación de la Guardia Civil les condujera al paradero de Diana, de 18 años. Soñaban con poder abrazarla y reírse con ella de nuevo. Ellos no lo sabían, «pero desde el momento en el que desapareció, el duelo ya había comenzado», explica a este diario Timanfaya Hernández, psicóloga clínica. «Ahora, con el hallazgo del cadáver, darán un paso más».
El padre de la joven que desapareció en A Pobra do Caramiñal en agosto de 2016 afirmó ayer, a través de un comunicado, que sufre un «infinito dolor» por el trágico fallecimiento de su hija, tras más de 16 meses de «angustia e incertidumbre» sobre su paradero «en los que ni un solo día» dejó de pensar en ella. A esto se suma ahora el «largo» procedimiento judicial para determinar la responsabilidad penal de «El Chicle», que habría confesado la autoría del crimen de Diana el pasado sábado. «Pido a Dios que el procedimiento concluya con una condena que sea ejemplar, y que sirva al menos para que el culpable no pueda volver a cometer horribles crímenes contra otras mujeres», señala Juan Carlos Quer, que apostilla que su confianza en la justicia es «total».
«La misma confianza que desde el primer día tuve en la Guardia Civil y todo el equipo de investigadores que han trabajado sin descanso para esclarecer qué sucedió con Diana. Mi agradecimiento es absoluto y eterno. También lo es para las muestras de cariño y apoyo que yo, y mi familia, hemos recibido a lo largo de todos estos meses, así como para todos aquellos ciudadanos que han colaborado desde la desaparición de mi hija».
Por otra parte, el padre de Diana ha apelado a la «ética profesional periodística y a la dignidad» en el tratamiento de las noticias relacionadas con la muerte de su hija, para «no incrementar aún más el dolor de la familia». «La desaparición de mi hija Diana suscitó desde el principio un gran interés mediático y social. En estos momentos, no puedo dejar de acordarme de todas las madres y padres, de todas las familias, que tienen a un ser querido desaparecido. Son miles de casos en toda España. Comparto su dolor y les deseo lo mejor», concluyó Juan Carlos Quer.
Por su parte, su ex esposa, a través de su abogado, también confirmó ayer que se va a personar a partir de hoy como acusación particular en la causa judicial que investiga la muerte de su hija.
«Durante todos estos días es normal que la familia se haya anclado en la primera fase del duelo, durante la que surge la rabia que no te permite avanzar en la aceptación», explica Hernández. Pero la resolución del caso les va a ayudar a seguir adelante. Lo que no es tan positivo para la familia es «el punto escabroso de la noticia. Los medios están facilitando muchos datos que no les van a ayudar en nada. Muchos de los datos que se están publicando sobran», asevera la psicóloga. Y es que «estos duelos abiertos son los peores».
En lo que se refiere a la hermana pequeña de Diana, «su forma de sobrellevar la pérdida será muy distinta a la de sus padres, ya que durante la adolescencia las emociones están a flor de piel y lo va a vivir de una forma mucho más intensa», sostiene la experta. Eso sí, insiste: «Con ella hay que extremar la prudencia, para no crearle un trauma aún mayor».
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