De procesión antes de la tragedia

Un hombre condenado por violencia machista contra su expareja y cuyo cadáver ha sido encontrado hoy junto al de su hija de 6 años en una vivienda de Campillos (Málaga) ha matado supuestamente a la menor tras lo cual se ha suicidado.

Un grito desgarrador anunciaba la tragedia que ayer cayó como una losa en el municipio malagueño de Campillos. Eran poco más de las 08:30, cuando el hermano de la madre de Leonor y su mujer acudían a la vivienda paterna a recoger a su sobrina para llevarla a la estación del AVE y enviarla con su madre a Mataró (Barcelona), tras pasar las vacaciones de Semana Santa con su padre. La casa estaba en absoluto silencio. Una llamada a emergencias a las 08:45 horas alertó a la Policía y a la Guardia Civil, que se personaron de inmediato en la vivienda, situada en el barrio de Las Flores. Al abrir la puerta, la escena era desoladora. Junto a la cimbra de la escalera estaba el cadáver de Diego G. P., de 32 años, colgado de una cuerda. Dentro, sobre su cama, yacía el cuerpo sin vida de la niña, de seis años, con espuma en la boca y sin signos de violencia. La noticia corrió como un reguero de pólvora y vecinos y familiares se agolparon a las puertas de la vivienda. El alcalde de la localidad, Jesús Galeote, expresó el sentir de todo el municipio. «Este suceso ha generado estupor y consternación. No nos lo podemos explicar. No teníamos conocimiento de que la pareja tuviera problemas. Diego era muy apocado y nunca ha tenido problemas con nadie. Era muy buena gente, trabajaba de jornalero y vivía con su padre –que no se encontraba en la vivienda porque trabaja de guarda por la noche–», dijo a este diario el primer edil, que ha decretado dos días de luto. La madre de la niña ya se encuentra en Málaga y hoy se trasladará a Campillos para asistir al entierro.

El presunto parricida y su mujer rompieron su relación en noviembre y ella decidió viajar a Mataró con sus padres y con la niña. Un mes después, el Juzgado Mixto número 3 de Antequera (Málaga) condenó a Diego G. P. a seis meses de prisión por un delito de violencia de género –que no cumplió por carecer de antecedentes– y a la prohibición de acercamiento y comunicación durante dos años. Sin embargo, no interpuso ningún tipo de medida cautelar sobre el régimen de visitas.

Según Carmen, vecina de Diego, confirmó que Leonor pasó las Navidades con su padre y ahora había venido por Semana Santa. «Los veíamos todos los días y la relación era muy buena. El viernes estuvieron viendo las procesiones. Han salido todos los días y no había ningún problema entre ellos. No sé lo que ha podido pasar, pero sí puedo decir que lo que se está comentando de los malos tratos es mentira. No los ha habido nunca, ni físicos ni psíquicos. Diego es un muchacho muy bueno», dijo Carmen, que añadió, «lo que ha pasado es que la pareja tuvo una fuerte discusión, no se arreglaron y decidieron vivir separados». Juan coincide con Carmen: «Le veíamos todos los días en el parque con la niña y se llevaba muy bien con ella». A la espera de las autopsias, las primeras investigaciones apuntan a que Leonor murió por asfixia, aunque no se descartan otras posibles causas. De hecho, tanto el alcalde como la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, hablaron, aunque con reservas, de que con casi toda probabilidad se trate de un crimen. Crespo destacó que se «deben utilizar todas las herramientas para erradicar esta lacra» y apuntó que «se trata del primer caso del año en el que un padre ejerce la violencia machista atentando contra la vida de la hija que tenía en común con su ex pareja aprovechando el régimen de visitas».