Caso Mari Luz

Del Valle dice ahora que no hay pruebas de que matara a Mari Luz

Del Valle dice ahora que no hay pruebas de que matara a Mari Luz
Del Valle dice ahora que no hay pruebas de que matara a Mari Luzlarazon

Santiago del Valle intenta agotar todas las vías para recuperar la libertad. Condenado por la Audiencia Provincial de Huelva a 22 años de prisión por el asesinato de Mari Luz Cortés y agotada la vía judicial con la ratificación de la sentencia por parte del Supremo, Del Valle intenta buscar algún resquicio legal para lograr sus objetivos. Fracasado su intento con el Gobierno, al que envió una carta el pasado mes de febrero en la que solicitaba el indulto, ahora recurre a los medios de comunicación para hacerse escuchar. El pasado 18 de mayo, un día después de la primera visita de su mujer, Isabel García, tras nococer la sentencia que la condena a dos años de prisión por falso testimonio durante el juicio, escribió de su puño y letra una carta a este periódico para exponer sus argumentos. En los dos folios del documento, fechado en el módulo 2 de la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) y plagado de faltas de ortografía, el asesino de Mari Luz Cortés insiste en su inocencia y en la falta de pruebas que demuestren que él es el resposable de la muerte de la pequeña Mari Luz, que salió de su casa a comprar chucherías y no regresó nunca. Sin embargo, el hombre no muestra ningún tipo de empatía con la familia Cortés. De hecho, marca las distancias de manera exagerada y nombra a Mari Luz en varias ocasiones como «esta niña».

Del Valle arranca la carta pidiendo comprensión por su «situación actual de protesta» y lo argumenta. En primer lugar, recuerda que no hay pruebas científicas contra él, que no hay testigos que «me hayan visto con esta niña alguna vez». «Nadie ha demostrado nada, sólo la Policía Científica y los forenses del caso, y lo que han demostrado ha sido que no hay pruebas incriminatorias contra Santiago del Valle», afirma.

Por ello, anuncia que ha presentado una demanda contra España ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, con la intención de que «se sepa que se ha condenado a una persona sin tener pruebas». Asimismo, en el escrito recuerda que se le acusa de «haberla matado dos veces seguidas»: una el 13 de enero y otra el 7 de febrero de 2008.

La frialdad de Del Valle queda reflejada en cada una de las líneas: «Me están condenando a 22 años de cárcel por haber matado a esta niña el pasado día 13 de enero de 2008, cuando desapareció en Huelva». De esta manera, insiste, «cuando la niña esta murió fue el 7 de febrero, como se dictó en el plenario del juicio celebrado en la sección 3 de la Audiencia Provincial de Huelva. Incluso está en el sumario que la fecha de la muerte es cuatro semanas posterior al levantamiento del cadáver».

El único apoyo de Del Valle sigue siendo su mujer, que sigue a su lado a pesar de haber sido condenado en tres ocasiones por abusar de menores, entre ellos, de su propia hija. García acudió el pasado viernes a Herrera de la Mancha para mantener un vis a vis con él. Por ello, Del Valle aprovecha la carta para atacar a la Justicia y calificar la pena de dos años a su mujer como una decisión del todo injusta porque «hay mucha gente que ha cometido falso testimonio y no ha sido condenada. La Justicia no es para todos igual».

Lo que el asesino de Mari Luz no dice en ninguna de las 40 líneas de la carta es que él no abusó de la niña y no la mató, sólo dice que no hay pruebas que lo demuestren. Tampoco hace alusión alguna a su confesión durante el juicio, en el que reconoció que la niña murió de forma accidental al taparle la boca para que no gritara. Según su versión de los hechos, la introdujo en el coche de su hermana y la arrojaron viva a la ría de Huelva, donde su cadáver fue localizado 54 días después. La Audiencia Provincial de Huelva dio como hechos probados que Santiago del Valle la llevó a su casa, abusó de ella y acabó con su vida. Por ello, lo condenaron a 19 años por asesinato y a tres más por abusos con el agravante de reincidencia. Su hermana, Rosa del Valle, fue sentenciada a nueve años como cómplice. Tampoco alude Del Valle a los errores judiciales que permitieron que estuviera en libertad el día de autos a pesar de tener pendientes sendas condenas por abusar de su hija (2002) y de una vecina (2004). Del Valle seguirá en su celda buscando un resquicio por el que poder eludir su condena. Tiempo le sobra para poder hacerlo.