Francia

Dirk van Damme: «Los controles al alumno al final de cada etapa funcionan»

Dirk van Damme. Director de Innovación e Indicadores de Progreso de la OCDE

Dirk van Damme. Director de Innovación e Indicadores de Progreso de la OCDE
Dirk van Damme. Director de Innovación e Indicadores de Progreso de la OCDElarazon

MADRID- Aunque los expertos de la OCDE huyen de valoraciones puntuales de las reformas educativas concretas de cada país, Van Damme comenta algunas claves para mejorar nuestro sistema actual.

–¿El futuro de los sistemas educativos se encamina hacia el descenso de la inversión pública y el incremento de la privada?

–No exactamente. Pero la tendencia que estamos observando en la mayoría de los países de la OCDE es que se está produciendo un viraje gradual del gasto público puro en la educación superior hacia un sistema más compartido en el que colabora la financiación privada, aunque sigue existen una importante aportación estatal.

–¿Cómo se puede conseguir este cambio?

–En la OCDE creemos que la mejor forma de lograrlo es implicar a posibles benefactores privados y destinar el dinero público a aquellos estudiantes que lo necesiten de verdad y que tienen los méritos necesarios para obtener la ayuda. Así, diría que sistemas en los que las tasas de matrícula para ir a la universidad son muy elevadas tampoco son convenientes; en Reino Unido es un poco exagerado. Sistemas que funcionan muy bien en este sentido son los de Australia, Suecia o los Países Bajos, que cobran cuantías medias para ir a la universidad, también han creado mecanismos de ayuda muy buenos para que los alumnos que no pueden costeárselo y que se merecen cursar una carrera puedan hacerlo.

–La reforma educativa que ha diseñado el Gobierno incluye exámenes al finalizar cada etapa. ¿Cree que es una buena medida?

–En general, creemos que los controles a final de etapa pueden ser buenos porque ayudan a proteger el nivel de conocimientos que se obtiene a lo largo de esta etapa, pero también es arriesgado porque enseñar sólo para el examen no es productivo. No obstante, Alemania o Francia tienen exámenes a finales de la última etapa de enseñanza y funcionan muy bien. Lo que creo que no se produce en ningún país de la OCDE son exámenes al final de la enseñanza primaria.

–¿Considera que la FP es una buena salida para los alumnos que abandonan los estudios?

–Es importante que cualquier sistema educativo tenga una buena Educación Secundaria, pero también debe contar con una amplia variedad de Formación Profesional (FP) para los jóvenes. Este tipo de habilidades también son necesarias para el mercado de trabajo. Pero un buen sistema de FP no es posible si no existen relaciones estrechas con el mundo laboral. Así, se tiene que construir una buena red con la industria para compartir las responsabilidades entre el sistema educativo público y el ámbito privado.

–¿Deberíamos impulsar la FP en áreas concretas como el turismo, que está muy desarrollado en nuestro país?

–Es una opción, pero en realidad se deben afianzar las relaciones con todos los sectores y los empleadores también deben implicarse y comprender la necesidad de crear a profesionales bien formados en FP. Así, considero que algunas claves para un buen desarrollo de este modelo, son impulsar el trabajo en las empresas, crear un sistema educativo acorde con las necesidades del mercado de trabajo conseguir que los estudiantes tengan más relación con los avances tecnológicos, entre otras cosas.