Presentación

Rescatar la meritocracia

La Razón
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De forma paralela al sistema bancario de préstamos, la asignación de becas para alumnos universitarios está determinada por varios factores. El primero, la naturaleza limitada de los fondos disponibles. El segundo, el estado de necesidad del beneficiario. En tercer lugar, el crédito que el beneficiario merece a quien está en posesión de los recursos o tiene encomendada su gestión. Y cuarto, observar si se cumplen las condiciones de rendimiento razonablemente exigibles.

Todos estos factores componen un sistema dinámico. El porcentaje de influencia de cada uno de ellos a la hora de asignar una beca puede, por tanto, variar.

En todo caso, parece obvio que el sistema de becas debe ser, en general, restrictivo. Más aún cuando se trata del dinero de todos los españoles, cada vez más asfixiados por la crisis. Ni siquiera en un estado ideal (o no tanto) de sobreabundancia de recursos, sería recomendable la universalización indiscriminada de la subvención.

El mérito y el esfuerzo no son enemigos de la igualdad de oportunidades. Premiar a la holgazana cigarra al tiempo que se penaliza a la esforzada hormiga es una injusticia. Es tiempo de rescatar el valor de la meritocracia. Esfuerzo, tesón y sacrificio han de ser recompensados. Un 6,5 tampoco parece una empresa imposible.