Carnaval

El carnaval de la inclusión

Las fiestas de Las Palmas de Gran Canaria se han convertido en los últimos años en un evento donde conviven la tolerancia, la diversidad y la visibilidad. Aunque la gala de los Drag Queen es la más llamativa a nivel internacional, hay una multitud de actividades para todos los públicos. La Gala de la Inclusión es una de las más entrañables en la que personas con discapacidad participan activamente de estas carnestolendas

Ana participa en la Gala de la Integración
Ana participa en la Gala de la Integraciónlarazon

La Gala de la Integración tendrá lugar este jueves a las 19.00 en el Parque Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria

Dan una gran lección de paciencia y tolerancia. Hace unas semanas el actor revelación de los Goya, Jesús Vidal, daba un emotivo discurso tras recoger su premio en el que destacaba la importancia de tres palabras: inclusión, diversidad y visibilidad para las personas que tienen alguna discapacidad como él. En estas fechas en que las islas aún disfrutan de la fiesta carnavalera, ellos son también protagonistas.

Un ejemplo es la Gala de la Integración que tendrá lugar este jueves a las 19.00 en el Parque Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria, que por undécima vez acoge un evento de este tipo. Por el escenario que este año rinde homenaje a Brasil con la temática ‘Una noche en Río’, han desfilado la Reina del carnaval, la gran dama de la Tercera Edad, la reina infantil y la ‘reinona’ drag. Ahora también los usuarios de los centros de atención a personas con discapacidad de Gran Canaria preseleccionados representarán sus fantasías en las categorías individual, pareja y grupo.

Mario tiene 37 años y es un joven con síndrome de Down. Apasionado del fútbol, ha aprovechado que la temática del carnaval grancanario gira alrededor de Brasil para calzarse los tacos y el uniforme de la selección de ese país. Disfrazado de uno de sus jugadores favoritos, Ronaldinho, se presenta en la categoría de parejas, aunque no es su primera vez en estos carnavales. “Llevo un mes y medio ensayando y ya me salen los pasos”, dice emocionado.

A esta pequeña toma de contacto con el escenario de Santa Catalina se une Ana, de 34 años y con apariencia tímida, pero muy conversadora. Tiene una discapacidad síquica que no le impide en absoluto disfrutar del carnaval. Una mujer inquieta y con ansias de conocimiento que no ha dejado de prepararse. Es masajista y peón agrícola, pero el carnaval es una de sus grandes pasiones. “Lo que más me gusta es divertirme con los compañeros, si se gana bien, y si no, no pasa nada, pero llegar hasta aquí ya es un premio”. Ana participa en la categoría de grupo. Ha sido pre seleccionada en una gala anterior en la que nos dice que el esfuerzo y el trabajo ha dados sus frutos. “Ensayamos con una monitora para saber dónde colocarnos y no equivocarnos con los pasos”.

Aseguran no estar nerviosos, más bien ilusionados. “Nerviosos para qué, si nos ponemos nerviosos esto sale mal”.

Junto a ella está Melania, una joven de 23 años con discapacidad intelectual y cuya fantasía evoca el fuego. Procede de la Asociación Protectora de Personas con Discapacidad Intelectual de Las Palmas (Aprosu) y participa en la categoría individual por primera vez. El baile, como demuestra en los ensayos, es su gran pasión.

Los que asisten a esta gala saben que es un espectáculo más espontáneo de lo que el público carnavalero está acostumbrado a ver. Transmiten emociones más que producciones elaboradas con técnica y mucha purpurina. Es un carnaval que sale del corazón.

Yaiza tiene 38 años y es discapacitada física. Reside en uno de los centros del municipio de Arucas y llega al ensayo en el Parque Santa Catalina disfrazada de catrina mexicana. “Habíamos visto la película ‘Coco’ y nos gustó esa alegría dentro de lo que es la muerte y la idea de ayudar al otro”, nos cuenta. Es su primera vez en este evento en el que actúa en la categoría grupal. “No sabía que me fuera tan bien, pero nos merecemos estar aquí”. Pese a estar en una silla de ruedas proyecta mucha energía y seguridad y un mensaje claro y directo para los que participan del carnaval. “Les diría a todos que se animen a venir a vernos. No son tres tontos de turno haciendo cosas, hacemos mucho trabajo y hemos puesto un interés para que todo salga bien y bonito y la gente lo disfrute”.

Le decepciona que las gradas del parque no se llenen tanto como en la Gala de la Reina o la Gala Drag. “Hemos ensayado mucho para hacer una buena puesta en escena y nos merecemos estar aquí y que la gente lo vea”.

La Asociación de Centros Ocupacionales de Gran Canaria (Comsi) es la organizadora de esta gala, con el apoyo del Ayuntamiento de la capital. Uno de los voluntarios, Carlos Moreno, destaca que este carnaval permite mostrar las capacidades de estas personas. El hecho de que puedan bailar y llevar una coreografía evidencia sus aptitudes para la coordinación y el ritmo. “La población muchas veces solo los conoce como discapacitados, y aquí les demuestran que pueden tener niveles de expresión artísticos muy buenos”, resalta.

Los centros agrupados en Comsi impulsan, sobre todo, la formación de sus usuarios de cara al mercado laboral. Cuentan con bolsas de empleo de más de 500 personas buscando trabajo activamente. Pero son los eventos de este tipo los que ayudan a los especialistas a trabajar desde una perspectiva terapéutica. Esa que profundiza en sus emociones y fortalece sus aptitudes.

Ahora solo les queda salir al escenario, disfrutar, y hacer disfrutar, de una verdadera noche de carnaval.