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El Chicle, de camino a prisión: «¡No tengo perdón de Dios!»
La madre de José Enrique Abuín Gey tildó a su hijo de «monstruo y asesino» y varios vecinos coinciden en que «era un maleducado» y que «tenía algo raro»
La madre de José Enrique Abuín Gey tildó a su hijo de «monstruo y asesino» y varios vecinos coinciden en que «era un maleducado» y que «tenía algo raro».
Nada más negarse a declarar ante la jueza de guardia, José Enrique Abuín Gey, más conocido por su alias El Chicle, volvió a pedir perdón. «Cuando se fue en el furgón a la prisión de Teixeiro dijo a la Guardia Civil que sabe que no tiene perdón de Dios y solicitó a los agentes que pidiesen perdón a los padres de Diana Quer de su parte, aunque sabe que no le van a perdonar», explicaron a este periódico fuentes próximas al caso. Es consciente de lo que ha hecho, y que le va a tocar permanecer mucho tiempo entre rejas. En el Centro Penitenciario de Teixeiro, «por el momento está en el módulo de Ingresos, aislado del resto de prisioneros por el auto judicial en el que se solicitó su aislamiento», explicaron fuentes consultadas por este periódico. «Desayuna, come y cena solo en su celda, un espacio similar al de otras celdas, con una ducha, un retrete y unas literas». El primer día le vio el médico, ayer un psicólogo, aseguran las citadas fuentes. Continuará aislado, sin que nadie pueda visitarle hasta que el juez instructor, que ayer abrió el caso, no modifique el auto realizado por la jueza de guardia. Eso si es que se produce, porque ayer la propia madre de José Enrique Abuín le tildó de monstruo. «Mi hijo es un monstruo, un asesino. Yo no crié a un monstruo, pero se convirtió en uno, no puedo más», dijo a Telecinco. «No esperaba esto de mi hijo, siento mucho lo que están viviendo. Lo siento como si fuera una hija mía». Y pidió a su hijo que contase toda la verdad aunque se pudra en la cárcel. «¿Por qué has hecho esto teniendo una hija y una mujer?», se preguntó. La madre de El Chicle aseguró que cuando le preguntaban por la muerte de Diana éste respondía que «el que hubiera hecho eso no tenía perdón». Lo mismo que dijo al subirse en el furgón de camino a prisión.
Pero no sólo tiene una hija. «También tiene tres hermanas, dos mayores y una más joven que él», explicaron los vecinos consultados. De hecho, «la hermana pequeña, Ana Belén, se casó en el año 2016 en la Parrillada de Barbanza», añaden. Un hecho confirmado en el restaurante. Así, en el perfil de Facebook de El Chicle puede vérsele arreglado en una foto con su mujer vestida de rojo. Esa fue la última vez que le vieron en este establecimiento. «No era un cliente habitual. Antes, cuando trabajaba en la empresa de muebles, venía a comer como los demás, ya no».
En Asados, la parroquia donde dejó el cuerpo de Diana Quer, una vecina afirmó que «era un maleducado. No me gusta hablar mal de nadie, no hay que hacerlo, pero era un maleducado. Podía dar los buenos días, pero nada más». En cambio, en el pueblo en el que vivía desde hace casi diez años, en Outeiro, un vecino de Lugo que pide no dar su nombre, asegura que este individuo «era educado. Siempre saludaba. Era extrovertido. Tenía un trato normal. Nunca dio ningún problema. Yo le veía de paso los fines de semana y jamás pensé que pudiera haber sido él». En el supermercado al que iba «casi todos los días a comprar el pan», una dependienta joven y no del pueblo, asegura que «siempre hacía bromas». En el bar, en cambio, muchos vecinos optan por decir poco. Los tres vecinos presentes, sólo nos indican la casa verde que El Chicle y su mujer se compraron en el pueblo. Y aseguraron no saber qué hacía en su día a día, a pesar de que estaba de baja. «No se le veía. Le habré visto seis veces en un año», afirmó el dueño del bar. El resto, muy educados, prefirieron afirmar no conocerle.
Pero hay algo en lo que los que le conocían coinciden: «tiene algo raro». De hecho, la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil va a realizar un perfil de El Chicle. «No sé decirte qué tiene, un toque raro», aseguraron fuentes próximas a la investigación. «Pero algo que le haga inimputable, no», añadieron al hacer hincapié en la evaluación psiquiátrica que tiene previsto hacer la Defensa para tratar de reducir o anular la posible condena. «La mujer –añaden otras fuentes– dice que tiene mal carácter cuando bebe, pero que ella no ha sufrido ningún episodio de violencia».
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