Investigación Médica
El decálogo para entender un avance histórico en la lucha contra el Sida
El anuncio del segundo paciente en el que la infección de VIH ha remitido por completo augura un camino largo, esperanzador y no exento de dificultades hacia la curación de la enfermedad.
1. Ya no es una excepción
Hasta ahora, al disponer solo de un paciente beneficiado por la transmisión de determinadas células mediante trasplante de médula, era imposible establecer ninguna proyección mínimamente científica sobre la utilidad de esta técnica. Un segundo caso demuestra que el llamado «paciente Berlín», el enfermo que primero saltó a los medios como potencialmente curado, no es una excepción
2. Hubo recaída
Existen otros grupos de pacientes en los que se ha detectado cierta capacidad de mejora tras la recepción de médula ósea. En algunos casos, los enfermos murieron por causas ajenas al VIH antes de que se pudiera certificar su mejoría definitiva. En un último caso, después de un periodo de tiempo sin presencia de virus en sangre, el paciente recayó.
3. Mismo perfil
Los dos casos hasta ahora presentados como éxito responden al mismo perfil de donación: donante de médula portadores de una variante determinada del gen que codifica para la proteína CCR5.
4. Proteína modificada
Se sabe que esa proteína es necesaria para que se produzca la infección por VIH. El virus la utiliza para penetrar en las células del sistema inmunitario. Cuando la proteína está modificada, el virus pierde su capacidad de infección.
5. No es de aplicación general
Por desgracia, la solución a esta enfermedad que ha acabado con la vida de tanta spersonas no podría pasar por aplicar de manera general a todos los pacientes la misma técnica de trasplantes que se ha aplicado en estos dos casos de manera exitosa.
6. Una técnica costosa
Un trasplante de médula es una terapia compleja, incómoda y costosa. No está exenta, además, de riesgos para el receptor.
7. «Paciente Berlín»
El llamado «paciente Berlín» fue sometido al trasplante en medio de un difícil proceso canceroso. Tuvo que ser tratado con potentes fármacos inmunosupresores que comprometieron seriamente su sistema inmunitario. De hecho, estuvo en coma durante un tiempo. Es cierto que se benefició de lo que parece una curación definitiva de su infección por VIH pero a un precio personal muy elevado.
8. «Paciente Londres»
El nuevo paciente («paciente Londres») parece haber mostrado que no es necesario sufrir un camino tan tortuoso para curarse. En su caso, recibió un trasplante de médula de un paciente con la variante del gen CCR5 que resulta beneficiosa, la llamada delta 32. También fue sometido a un tratamiento inmunosupresor pero mucho menos agresivo.
9. Variante CCR5
La variante CCR5 delta 32 que confiere resistencia a la penetración del VIH en las células está presente sobre todo en la población del Norte de Europa. Pero eso no quiere decir que las personas que la portan sean inmunes a la enfermedad. Existen otros tipos de VIH que no requieren de la proteína CCR5 para prosperar y aquí reside una de las mayores dificultades a la hora de valorar la importancia de este hallazgo. En principio, solo se beneficiarían de él los pacientes afectados por variantes del virus que respondan a la ausencia de CCR5. Otras variedades víricas, como X4 no responderían bien. Más bien al contrario, es probable que, en ausencia de otras variantes de virus competidoras, el X4 campara a sus anchas por el organismo.
10. Hacia una futura curación
Es obvio que practicar un trasplante de médula a todos los enfermos infectados por VIH no es una solución realista. Pero la constatación mundial de un segundo paciente aparentemente curado cambia el escenario hacia la futura curación. Sin duda se abre la posibilidad de rastrear la configuración genética de pacientes y donantes para buscar terapias moleculares basadas en la modificación del gen CCr5 algo que, gracias a las nuevas tecnologías de edición genética, se convierte en una posibilidad realista.
✕
Accede a tu cuenta para comentar