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El juez duda hasta de la paternidad biológica de Nadia
El magistrado exige la relación de alojamientos en Francia de los padres en los últimos cinco años
Pide el certificado de nacimiento y el informe del médico que la atendió en el parto, así como datos de la Agencia Tributaria y de la Seguridad Social.
La red de mentiras que durante años ha ido tejiendo el padre de Nadia, Fernando Blanco, para conseguir donativos explotando presuntamente la enfermedad de su hija, ha provocado que el juez dude incluso de la paternidad de la menor.
El viernes pasado, tras haber pasado un día entero en el calabozo por un presunto delito de estafa, Blanco prestó una declaración llena de contradicciones. Pese a que al iniciar el relato dejó claro que Nadia era su hija biológica, al ser preguntado por el fiscal de forma directa, más adelante, dijo tratarla «como si fuera mi hija», algo que no pasó desapercibido para el juez. Para salir de dudas, el magistrado ha pedido al registro Civil de Palma de Mallorca –anterior lugar de residencia de la familia– el certificado de nacimiento de Nadia, así como el informe del médico que la atendió. Además, el magistrado ha solicitado a la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos la localización y gestión de los bienes –incluyendo cuentas bancarias y otros productos financieros–. También ha autorizado a la oficina a recabar informes en la base de datos de la Agencia Tributaria, en la de datos notariales y en la Tesorería General de la Seguridad Social.
Las inverosímiles historias contadas por Blanco a los medios de comunicación –desde su viaje a Afganistán para buscar en las cuevas al mayor experto en tricotiodistrofia–, la afección que sufre su hija y hasta los tratamientos imposibles para curarla –como el de la manipulación genética a través de agujeros en la nuca– han puesto en tela de juicio no sólo que sea el padre de Nadia, aunque existan fotos de él acunando a la niña recién nacida en el hospital. También se duda de hasta qué punto la dolencia que sufre la pequeña es de la gravedad que tanto Blanco como su mujer, Marga Garau, le atribuyen. Utilizaban el argumento de que la vida de su hija corría peligro si no era operada urgentemente para pedir donativos.
Que Nadia sufre una rara enfermedad genética está suficientemente acreditado. No obstante, el juez ha pedido al médico forense un nuevo informe detallado sobre el estado de salud de la menor para determinar su gravedad. Además, ha solicitado al centro escolar donde estudia la pequeña, en Organyà (Lérida), un informe sobre sus faltas de asistencia a clase y ha citado a declarar, como testigos, a dos profesores del centro. «No hay nada que deba poner en duda la paternidad y no lo veo necesario», protestó el abogado de los padres de Nadia, Alberto Martínez, que instó al juez a dedicarse a «verificar el tema de los profesionales de medicina alternativa con los que el padre ha estado estos años». Una vez destapado que nunca viajó a Houston con Nadia para que fuese operada, Blanco aclaró que en realidad estaba siendo tratada en Francia por dos homeópatas, el doctor Brown y el doctor Smith, de los que todavía no se ha podido verificar su existencia. Ahora se sospecha que Blanco pueda utilizar estos viajes como coartada para una supuesta fuga al país vecino, tal y como sospechan los investigadores. El magistrado, de momento, ha solicitado a los progenitores de la niña la relación de los alojamientos en Francia durante los cinco últimos años.
A ambos se les ha quitado la patria potestad de Nadia, que ahora vive en Palma de Mallorca con su tía materna. La madre, Marga Garau, a la que el juez dejó en libertad con cargos, también se ha trasladado a la isla balear. Concretamente «a siete kilómetros de donde se encuentra Nadia, a Santa María del Camí», según contó a la prensa el abogado defensor.
El hermano de Marga, Juan Garau, pese a sufrir las consecuencias del engaño, pues él colaboró económicamente con la causa en numerosas ocasiones, quiso salir en defensa de su hermana: «La conozco muy bien, y no creo que mienta, otra cosa es que lo haya hecho mal o que se haya dejado influenciar», declaró ayer Antena 3.
Dijo sentirse «estafado» y «engañado», también en lo que se refiere al cáncer de hígado que Blanco aseguró padecer. «Me he quedado muerto cuando nos han dicho que era mentira», añadió. No obstante, lo que más le sorprende es que se dude de la paternidad de su sobrina. «Pero si la niña es un calco de su padre, esto me deja de piedra», concluyó Juan Garau.
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