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El padre del niño de la maleta: «Pensé que mi hijo ya había logrado entrar»
Abou O., el padre del niño de ocho años que fue hallado oculto en el interior de una maleta en un paso aduanero ingresó ayer en prisión provisional, al igual que la mujer, Fátima, que portaba el equipaje. Aunque su intento frustrado denota cómo de desesperado podía estar el progenitor para llevar a cabo este extremo, lo cierto es que, según la versión de la Guardia Civil de Ceuta, la integridad de la vida del niño se puso en peligro, ya que la maleta no contaba con ningún respiradero. «Dadme agua», dijo a los agentes el pequeño, que sudaba abundamente, afirmaron a este diario fuentes del Instituto Armado.
A la espera de que concluya la investigación en curso, el padre, provisto de permiso de residencia en Las Palmas de Gran Canaria, reconoció a la Guardia Civil que «pensé que mi hijo ya había logrado entrar». Este era su objetivo, su esperanza y también fueron las primeras palabras que este costamarfileño de 42 años, pronunció a los agentes, reconociendo por tanto los hechos.
Esta dramática historia tuvo lugar en la frontera que separa Ceuta de Marruecos. Al parecer, el padre había pagado a una marroquí para que cruzara a su hijo por la aduana. Se desconoce la cantidad, pero según baraja la Guardia Civil, en este tipo de actividades el precio no es inferior a los 3.000 euros. La actitud nerviosa de la joven, de 19 años, identificada como Fátima E. Y., y residente en la población de Castillejos (a dos kilómetros de la frontera ceutí), dio origen a la intervención de los agentes que comprobaron que la joven se había quedado parada unos momentos antes de llegar al control policial. «Titubeaba mucho y parecía que no quería pasar con la maleta», recordó un portavoz del Instituto Armado. Según afirmaron fuentes de la Guardia Civil a LA RAZÓN, todo estaba perfectamente planeado. Abou y Fátima introdujeron al pequeño en el equipaje entre 200 y 300 metros antes de llegar al control. Una vez en la cola, Abou sólo estaba unos 5 o 6 metros detrás de Fátima y su maleta. La joven aprovechó el cambio de guardia, momento en el que el escáner no está en funcionamiento. «Si hubieran sido 30 segundos antes, habrían conseguido pasar», afirmaron dichas fuentes. Los agentes hicieron a la joven pasar su maleta por el escáner, localizando al menor en el interior de un equipaje que carecía de respiraderos y donde su integridad podía correr peligro. La joven fue arrestada y el niño atendido por la Cruz Roja Española, que certificó que estaba en buenas condiciones.
«Al principio pensábamos que se podía tratar de bultos de droga, pero poco a poco comprobamos que era un cuerpo humano», explicó a Efe un integrante de la Guardia Civil. La historia no quedó ahí, ya que una hora y media después, su padre cruzaba la frontera a pie y ante las preguntas y la insistencia de los agentes –al tener el mismo nombre que el niño detenido momentos antes– reconoció que era su progenitor. Abou había conseguido permiso de residencia en España en 2013, vivía en Las Palmas de Gran Canaria y presuntamente había viajado hasta su país para regresar a España con su hijo.
El menor, de ocho años, bajo la tutela de Ceuta
El Área de Menores de la Ciudad Autónoma de Ceuta se hizo ayer cargo del niño de ocho años, natural de Costa de Marfil, que fue localizado oculto en el interior de una maleta. Según informaron a Efe fuentes policiales, el menor será tutelado por la autonomía a la espera de que se puedan tener datos sobre sus familiares, después de que su padre fuese detenido.
"Al principio pensábamos que se podía tratar de bultos de droga pero poco a poco comprobamos que era un cuerpo humano", nos ha afirmado a Efe un integrante de la Guardia Civil sobre esta inusual intervención en la frontera.
Sin embargo, la historia no quedó ahí ya que una hora y media después su padre, Abou O., cruzaba la frontera a pie y ante las preguntas y la insistencia de los agentes -al tener el mismo nombre que el niño detenido momentos antes- acababa reconociendo que era su padre.
Abou O. había conseguido permiso de residencia en España en el año 2013, vivía en Las Palmas de Gran Canaria y presuntamente había viajado hasta su país para regresar a España con su hijo. Previamente, alcanzó un acuerdo con la marroquí para que le cruzara la aduana en la maleta, al menos así lo estima la Guardia Civil por las primeras declaraciones.
La Guardia Civil ha señalado que, a diario, cruzan la frontera más de 20.000 personas, por lo que, en estos casos, la intuición y experiencia de los agentes suele ser un factor "fundamental"para la detección de personas que intentan aprovechar esta acumulación de viajeros para realizar actividades ilícitas.
Estas actividades suelen estar relacionadas con el tráfico de hachís, de tabaco e incluso en algunas ocasiones de animales pero no de personas.
Mientras tanto, el menor, que siempre mantuvo un comportamiento ejemplar -según los agentes que lo atendieron-, ya descansa en un centro de menores de Ceuta, intentando recuperarse anímicamente de esta curiosa historia.
La desesperación de un padre, que en las próximas horas tendrá que contar su versión al juez, deja, a veces, intervenciones tan pintoresca como esta última.
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