Extremadura

El partido que nunca debió jugarse

Un accidente marcado por la fatalidad. El encuentro de fútbol sala previo al accidente tendría que haberse jugado el pasado mes de abril. Sin embargo, el microbús que tenía que recoger aquel día a los jugadores de Monterrubio nunca llegó

Daba igual la categoría. Lo de menos era si se trataba de fútbol sala, fútbol siete... Lo cierto es que la jornada liguera de ayer se tiñó de luto y en todos los estadios y polideportivos del país, el silencio se apoderó de las gradas y del terreno de juego para acompañar a las familias de las víctimas por el accidente ocurrido en Badajoz.
Daba igual la categoría. Lo de menos era si se trataba de fútbol sala, fútbol siete... Lo cierto es que la jornada liguera de ayer se tiñó de luto y en todos los estadios y polideportivos del país, el silencio se apoderó de las gradas y del terreno de juego para acompañar a las familias de las víctimas por el accidente ocurrido en Badajoz.larazon

Un accidente marcado por la fatalidad. El encuentro de fútbol sala previo al accidente tendría que haberse jugado el pasado mes de abril. Sin embargo, el microbús que tenía que recoger aquel día a los jugadores de Monterrubio nunca llegó

El jueves pasado el Club Deportivo Monterrubio y la Escuela de Fútbol Sala Fair Play de Herrera del Duque no tenían que haber disputado ningún encuentro. En realidad era su día de descanso, «el partido se tenía que haber disputado a mediados de abril», afirma a LA RAZÓN, Lander Casasola, uno de los jugadores del equipo de fútbol de Herrera del Duque contra los que empataron horas antes del terrible accidente. Quedaron 5-5 y gracias a ese punto, los de Monterrubio se colocaban en primera posición en la clasificación del grupo 4 de la liga juvenil de Extremadura. «El microbús que les tenía que venir a recoger para llevarles a nuestro pueblo no se presentó y lo tuvimos que posponer» al 8 de mayo, cuando los dos equipos tenían la jornada libre y no les trastocaba el resto de encuentros.

El autobús es la única forma que tienen los adolescentes de estos pueblos de moverse y solo para competir en fútbol sala, los vecinos calculan que se pueden hace más de veinte viajes. El del pasado jueves era uno más, pero que tenía importancia para Ismael, Juan Pedro, Bernardo, Juan Manuel, Javier, Sergio, Valentín, Carlos, Andrés, Jesús, Adrián, Mario Balsera, Raúl y Mario Ramos, todos los cadetes del equipo de Monterrubio.

«Querían ser los primeros de la clasificación», aunque para su entrenador Juanito, como le llaman en el pueblo, eso era lo de menos porque ya tenían garantizado el segundo puesto y, por tanto, la lucha por los octavos de final. Precisamente, a las 21:22 de la noche, cuando tuvo lugar el siniestro, los jóvenes iban celebrando en el autobús la victoria y el buen partido que había hecho contra el Herrera del Duque. «De repente, nos vimos dando vueltas después de ver cómo excavadora se encontraba en la carretera», cuenta Jesús, uno de los adolescentes que logró salvar su vida. Cuando se hizo el silencio y el microbús paró, Juan apenas pudo salir y tumbarse en el suelo.

Solidaridad entre entrenadores

Los sueños se desvanecieron en un momento. Y nadie piensa ya en el futuro más inmediato, en el próximo desafío marcado por el calendario de la liga. Los chicos del Monterrubio se iban a batir el próximo viernes con el Plus Ultra, el equipo de fútbol sala de la localidad de Madrigalejo, a unos 80 kilómetros de distancia de su pueblo. Pedro José Ciudad es el entrenador de los cadetes de los que iban a ser sus contrincantes: «Como los dos equipos íbamos segundos en la clasificación –ellos del cuarto grupo y mis jugadores, del segundo– nos tocaba competir para ver quién se hacía con un puesto en los octavos de final». Por eso, cuando Ciudad se enteró de lo ocurrido, no dudó en acudir al funeral de los cinco fallecidos acompañado de dos chicos de su equipo. No en vano, la familia del fútbol sala en Badajoz es bien conocida. «Ha sido una tragedia y una fatalidad el hecho de pensar que si no se hubiera pospuesto aquel partido no habría ocurrido este accidente», insiste. Confirma, al igual que Lander, que el jueves pasado no tenían que haber jugado.

El entrenador de los Plus Ultra aun no tiene claro si finalmente jugarán la próxima semana, pero si es así, «les diré a mis chicos que les muestren todo su apoyo». Un segundo después, reacciona y apunta que «con las circunstancias que se han dado, puede que abandonen la competición esta temporada».

Desde Herrera del Duque, acompañado por familiares, se acercó todo el equipo de fútbol Fair Play. Se desplazaron unas 30 personas en autobús. Al llegar al polideportivo donde se iba a oficiar el funeral, los chicos se acercaron a algunos de los accidentados para darles su apoyo y mostrarles su condolencias. Un gesto que el equipo agradeció en persona y a través de su cuenta de Twitter: «Muchas gracias por todas las muestras de apoyo recibidas de toda España y por todos lo minutos de silencio. Los chavales se merecían eso y más».

Lander Casasola no dudó en acercarse a Mario Ramos, uno de los chico que salió con vida y que aún lleva las vendas por los cortes con los cristales que se hizo en las piernas y en los brazos. Le encuentra mal: «Me ha dicho que están muy mal, solo decía que tenia suerte de estar vivo y que todo era un desastre, porque a algunos se les vino encima el autobús». Y es que Mario iba sentado en el lado derecho del vehículo, justo el lateral que cayó sobre el arcén, poco después de intentar adelantar a la retroexcavadora, como mantiene el parte preliminar de la Guardia Civil.

Los dos ingresados mejoran

Los dos últimos niños que permanecen ingresados en la Unidad de Pediatría del Hospital de Don Benito, tras el accidente en el que perdieron la vida cinco chicos en la noche del pasado jueves cerca de Castuera ,evolucionan favorablemente. La Consejería de Salud y Política Social del Gobierno extremeño lo informó así en su cuenta de "Twitter", donde especifica que continuarán hospitalizados al menos 24 horas más. Los menores ingresados son uno de 12 años y otro de 14, quienes continúan en Pediatría para continuar con la curación de sus heridas, policontusiones y abrasiones, y para el control de su evolución.