Ciencias naturales
El posado del calamar gigante
En Japón logran captar la imagen del cefalópodo vivo más grande de la historia. Los expertos dicen que en España podrían encontrarse ejemplares aún más grandes
Las profundidades marinas siempre han sido un importante foco de investigación científica, pero no sólo eso. La oscuridad extrema, el mundo opresivo y frío que se crea también nutre multitud de guiones de cine y de relatos de ficción. El desconocimiento del origen y de la biología de las especies que habitan en zonas abisales son el principal reclamo para novelas y filmes. Pero, en ocasiones, la historia se convierte en realidad y la supera. La leyenda del calamar gigante cada vez es menos leyenda. Lo demuestran las imágenes que ha captado Discovery Channel, con la colaboración de la cadena pública japonesa NHK, que han logrado por primera vez filmar a un calamar gigante vivo. Como explican desde la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma): «Esta primicia se ha logrado a unos mil kilómetros de Tokio, en aguas de la isla de Chichijima». El principal investigador del proyecto, Tusunemi Kubodera, afirma que el ejemplar podría superar los siete metros de longitud ya que cuando fue captado carecía de sus dos tentáculos más prominentes. «Probablemente fue atacado por otro calamar o por un tiburón o un cachalote», añaden desde Cepesma. En el documental, que se estrenará en Japón el próximo domingo 13 de enero y que recorrerá los cinco continentes a lo largo de este año, se capta el momento en el que este «dinosaurio marino» –como lo denominan algunos biólogos marinos– ataca a otro calamar que se usó como cebo. No es el ejemplar más grande pero el único grabado en su entorno.
A más de 600 metros
Los científicos llevan más de dos décadas buscando métodos y financiación para explicar cómo viven estos cefalópodos y su biología. España es una importante fuente de investigación, ya que la zona cantábrica, junto a Nueva Zelanda, es uno de los puntos calientes más importantes. Es decir, una de las zonas donde más seres como éstos emergen de las aguas. Viven a más de 600 metros de profundidad y por eso es muy difícil analizar su comportamiento en su propio entorno. En el Cepesma, situado en Luarca (Asturias), se han realizado más de 30 necropsias de «architeuthis dux» –una de las tres especies de calamares gigantes que existen–, que han servido de documentación para el equipo de Discovery Channel. Y es que la orografía submarina de esta zona es propicia para la vida de estos cefalópodos, ya que «es como los Picos de Europa sumergidos», explican desde el centro que también ha creado, en la misma localidad, el primer Museo del Calamar Gigante del mundo.
Como explica Toni Quetglas, experto en cefalópodos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), «en 2007 los japoneses ya filmaron una especie similar» aunque no tan grande como el que han captado este verano en el ejemplar Pacífico. Tanto él como numerosos científicos españoles llevan años intentando descifrar los enigmas de esta especie, que «puede alcanzar los 20 metros de longitud, siempre que se mida el manto». El calamar está compuesto por dos partes: la cabeza y el manto. Éste último es el que incluye las ocho patas y los dos tentáculos con los que captura a sus presas. El calamar gigante, como la mayoría de cefalópodos, es carnívoro. Es uno de los mayores depredadores de las aguas profundas y se alimenta principalmente de peces y de otros congéneres, aunque «cuando son jóvenes (inmaduros sexualmente) comen crustáceos», sostiene Quetglas. De acuerdo con este experto, sólo viven un año, de ahí que su interés sea aún mayor por su rápido crecimiento. Pueden alcanzar los 20 metros de longitud. Sin embargo, de acuerdo con Cepesma, su esperanza de vida es mayor, hasta cuatro años y medio, «aunque otros expertos afirman que duran hasta once». Uno de los motivos por los que estos seres viven tan poco «es la gran cantidad de energía que invierten en reproducirse». Uno de los ejemplares que han analizado en Luarca pesa 140 kilos, por lo que entienden que los más largos pueden superar las tres toneladas.
Otro de los misterios que aún quedan por descubrir es la capacidad visual de una de las criaturas más misteriosas de las profundidad. De acuerdo con las imágenes de Discovery Channel, sus ojos son muy grandes, de unos 5 centímetros de ancho, y las investigaciones revelan que estos seres son capaces de ver en color. «Son prodigiosos y están muy adaptados al abismo en el que se mueven, aunque no se entiende por qué necesitan una visión tan ajustada en zonas donde no llega la luz», explica Luis Miguel Ariza, uno de los divulgadores científicos que más han indagado en los secretos de los calamares gigantes y que utilizó en su ficción «Kraken: Atrapados en el abismo» (Plaza y Janés). Para ello, analizó los primeros documentos históricos que describen esta especie: «Fue en 1731, en Islandia», explica. El término «Kraken», de origen noruego, también apareció en el siglo XVIII. Sus interpretaciones coinciden con las de los biólogos marinos sobre todo a la hora de explicar por qué no se han podido capturar más especímenes vivos: «Es más fácil ir a la Luna... construir una nave espacial que un batiscafo que tenga que descender a un mundo a más de 600 metros de profundidad. Es un mundo opresivo y oscuro en el que viven en tres dimensiones».
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