París

Encuentran restos de ADN de la mujer y la hija del legionario franco-español en un congelador

La pista criminal contra Francisco Benítez, español naturalizado francés que se suicidó a principios de mes tras la desaparición de su hija y su esposa, se afianzó hoy después de que se supiera que la policía encontró restos de ADN de las dos mujeres en su congelador.

Las huellas genéticas de Allison Benítez y de su madre, Marie-Josée, fueron halladas en el fondo del congelador, que pertenecía al militar y fue cuidadosamente limpiado por éste poco después de su desaparición el pasado 14 de julio, informó la cadena "France 3".

La pareja estaba en trámites de separación y la policía sospecha que Benítez pudo haber secuestrado o matado a ambas mujeres, así como a una amante brasileña con la que salió en 2004, Simone de Oliveira Alves, que también desapareció sin dejar rastro.

No ha trascendido qué tipo de ADN fue encontrado tras las inspección de la policía judicial, pero los análisis de las muestras efectuados por un laboratorio especializado en biología molecular confirman que era el de su hija, de 19 años de edad, y el de su expareja, de 53, según "France 3".

Marie-Josée y Allison, aspirante a convertirse en "Miss Roussillon", no han vuelto a dar señales de vida desde hace mes y medio, cuando se las vio por última vez en su localidad de residencia, Perpiñán, cercana a la frontera española.

El propio Benítez alertó a la policía de la desaparición, aunque no de manera inmediata, pero al tratarse de dos personas mayores de edad la investigación se retrasó y no comenzó hasta finales de julio.

El franco-español, considerado como el principal sospechoso, se suicidó el pasado 5 de agosto, y un día antes de quitarse la vida dejó grabado un vídeo en el que aseguraba que su familia, "como todas", tenía altibajos, pero que su hija era lo más importante en su vida.

Al inicio de la investigación, los expertos descubrieron que Benítez, miembro de la Legión Extranjera gala, había prestado declaración a la policía en 2004 por la desaparición en Nîmes (sur) de la brasileña.

Benítez fue el último en ver a su amante, que según la versión que el legionario dio a los agentes habría decidido abandonarle, y aunque el caso se cerró en 2007 por falta de pruebas, se reabrió este verano de nuevo.