Accidente minero

«Es triste que estas cosas ocurran todavía»

La Razón
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LEÓN- «Lo peor ha sido el desasosiego , la incertidumbre y el miedo de su familia, que, hasta que no ha podido localizarle y saber de él, se temían lo peor». Quien habla es Fernando, un joven de La Robla, quien relataba a este periodico cómo su primo de 29 años salvó la vida de milagro, puesto que entraba en el segundo turno que empezaba a las 15:00 horas. A pesar de que la gente de León sabe lo duro que es la mina y que no es la primera vez que pasa por esta situación, el dolor era inmenso. Alejandro García es uno de los leoneses que se quiso acercar hasta el Hospital Universitario de León para mostrar su solidaridad y apoyo. Trabajó durante muchos años en la mina de Sabero y se jubiló hace ya 22 años, pero no se olvida de lo duro que es bajar cada día al «tajo». «Es triste y lamentable que ocurran estas cosas todavía», apuntaba, desolado por las vidas y los sueños rotos que esta tragedia ha dejado en el camino.

Algunos lo achacaron a la «mala suerte». «Puedes estar siempre en la mina y que no te pase nada», decía Pedro Domínguez, vecino también de La Robla. Para otros, «la mina es una lotería», como señalaba ayer Emilio Franci, un joven de 25 años que trabaja en el pozo de Aurelio del Valle –el segundo de los que cuenta Hullera Vasco Leonesa–. Para Emilio, la seguridad siempre es una prioridad tanto para las empresas como para los trabajadores. «Se preocupan mucho por nuestra seguridad y lo primero que nos dicen siempre es que no te mates y que lo más importante es regresar a casa», afirmó. Eso sí, a pesar de la desgracia, Emilio, como muchos de sus compañeros, asegura que «seguirá trabajando mientras pueda en la mina porque es lo que sé hacer y en lo que he trabajado siempre». Como decía ayer el obispo de la Diócesis de León, Julián López, muy afectado, «esta desgracia demuestra la dureza del trabajo en la mina, algo que los que venimos de fuera en ocasiones no logramos entender».