Frutas y verduras
No volverás a fallar: así se elige un melón jugoso y dulce
Los melones son la fruta predilecta durante esta temporada, por esta razón, todos queremos saber como seleccionar los mejores sin equivocarnos
Elegir un melón perfecto puede parecer un desafío. En primer lugar, queremos encontrar la fruta más fresca, dulce y jugosa, pero esta tarea se dificulta cuando a simple vista todos los melones lucen igual. Lo cierto es que la calidad de un melón depende de varios factores, desde su color y textura hasta el aroma de su cáscara.
Durante el verano no existe fruta más popular que un melón o una sandía para refrescar las calurosas tardes; sin embargo, el tema recurrente de cómo elegir ese buen melón obsesiona a los consumidores que buscan trucos cada vez más complicados para detectarlos.
Los bulos sobre cómo detectar un buen melón
En realidad, solo es necesario un poco de lógica; no hay un truco infalible o mágico para dar con el buen melón. De hecho, esa idea de que existen melones hembras y machos y que las primeras son mejores de sabor es un bulo. Si bien las flores de melón sí tienen sexo, los frutos —que es lo que nos comemos— no.
El fruto del melón se desarrolla a partir de las flores femeninas o hermafroditas que han sido polinizadas. La polinización, que a menudo es realizada por las abejas, es esencial para que estas flores produzcan el fruto. Las flores masculinas no producen frutos, pero son necesarias para proporcionar el polen que fertiliza las flores femeninas o hermafroditas.
Además de esta, existe la idea de que el melón, al igual que otras tantas frutas, se puede dejar madurar una vez comprado. No obstante, esto no es del todo cierto. Existen frutos climatéricos y otros que no lo son; esto quiere decir que los primeros maduran al separarse de la planta y los segundos no.
Los melones de piel de sapo, por ejemplo, no son climatéricos; solo se cosechan hasta el punto óptimo y no van a cambiar una vez estén en casa. Incluso —si bien preservados— un melón de piel de sapo no se pudrirá. Cabe aclarar que las grandes distribuidoras rara vez comercializan melones verdes o mal madurados.
Cómo identificar un buen melón
Lo primero es observar la apariencia. El color del melón es un indicativo clave de su madurez. Para los melones tipo cantalupo, busca una piel dorada o beige, evitando aquellos que todavía muestren tonos verdes. Los melones piel de sapo deben tener una piel de color verde oscuro con manchas amarillas cuando están maduros. La textura también es importante; los cantalupos deben tener una piel bien marcada con una red gruesa.
Por otra parte, el melón debe tener una forma uniforme y ser simétrico. Evita los melones con áreas planas, abolladuras o irregularidades que pueden indicar problemas de crecimiento o almacenamiento inadecuado.
Además, un melón maduro debe sentirse pesado para su tamaño. Esto es un buen indicador de que tiene un alto contenido de agua, lo que lo hace jugoso. También es importante revisar el área donde estaba el tallo, que debe estar ligeramente hundida y no debe tener restos de este. Un melón que aún tiene el tallo adherido puede no estar completamente maduro.
Compra en temporada
La mejor época para comprar melones es durante su temporada de cosecha, que varía según la región. En general, los melones de verano, como el cantalupo y la sandía, están en su punto óptimo desde finales de primavera hasta principios de otoño. El origen del melón es crucial, ya que muchas marcas conocidas continúan distribuyendo melones fuera de la temporada en España, cultivándolos en países con climas adecuados.
Aunque lleven la misma etiqueta, los melones de enero no tendrán la misma calidad que los de agosto y probablemente habrán sido importados desde lugares lejanos. Esta diferencia se debe a las variaciones en el clima y el tiempo de transporte, lo que afecta su sabor y frescura.
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