Drogas
Europa se droga mucho
Aunque el hachís y otros derivados del cannabis es el estupefaciente rey entre los europeos, no deja de crecer el consumo de cocaína, anfetaminas, heroína, éxtasis y otros derivados sintéticos, de alta potencia
Aunque el hachís y otros derivados del cannabis es el estupefaciente rey entre los europeos, no deja de crecer el consumo de cocaína, anfetaminas, heroína, éxtasis y otros derivados sintéticos, de alta potencia.
El consumo de drogas en los países europeos no deja de incrementarse, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, organismo que depende de la ONU, referido al año 2018. Hay alguna novedades preocupantes. Por ejemplo, la pérdida del sentido del riesgo en la utilización de algunos narcóticos, fenómeno muy extendido entre los jóvenes menores de 30 años. El hachís y sus derivados, que representa la parte del león del consumo registrado –con el 71 por ciento de todas las aprehensiones llevadas a cabo por las distintas policías– se beneficia, además, de la confusión legislativa que autoriza en algunos países su uso como fármaco.
Sin embrago, y sólo hay que darse una vuelta por las salas de psiquiatría de los hospitales, los efectos a medio y largo plazo del consumo de cannabis, más si se trata de derivados sintéticos, cada vez más habituales en el mercado, pueden ser demoledores. Uno de los factores que destaca la Junta de Fiscalización es el aumento porcentual del principio activo del cannabis (THC) en la producción. Si en 2013, la resina de hachís contenía entre un 9 y 12 por ciento de THC, en 2017 se detectaba entre un 14 y un 21 por ciento. Sobre el tráfico de cannabis y sus derivados, Marruecos sigue siendo el mayor productor de resina y España, el país de tránsito por antonomasia. Pero cada vez se descubren más plantaciones domésticas en zonas del centro de Europa. La segunda droga por prevalencia es, por supuesto, la cocaína.
Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos y España son los principales consumidores, si bien, en nuestro país influye la llegada masiva de turistas foráneos. Las rutas de tráfico de la cocaína y sus derivados están variando sensiblemente. Así, Bélgica lleva varios años superando a España por número de incautaciones, lo que sólo tiene una explicación: el mayor uso de los grandes centros portuarios del norte europeo por parte de los narcotraficantes. Las anfetaminas, metanfetaminas y otras drogas de síntesis, como el éxtasis, también tienen una amplia presencia en el mercado continental. La mayoría de las anfetaminas proceden de China, pero son cada vez más habituales los laboratorios instalados en países como Chequia o Hungría. Y, por fin, preocupa el consumo cada vez más alto de analgésicos derivados del opio.
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