¿Fomenta internet las conductas antisociales?

Las graves ofensas y vejaciones vertidas en twitter a personajes públicos disparan las alarmas

Las graves ofensas y vejaciones vertidas en twitter a personajes públicos disparan las alarmas. El Trastorno Antisocial de la personalidad es un desorden al que se asocian tanto las sociopatías como las psicopatías, a las que, a su vez, debemos mantener, en general, a prudente distancia de los comportamientos que algunos usuarios han hecho gala en las redes sociales los últimos meses.

Según asegura la psicóloga Pilar Conde, lo primero que debemos hacer es aprender a diferenciar los conceptos. La psicopatía, de la que se abusa en muchas ocasiones en relación a sucesos de la vida real y en las tramas de las series televisivas de ficción, se refiere a una persona que siente una total falta de empatía por lo que sienten los demás. El psicópata puede llegar a comprender cómo afectan a los demás determinados acontecimientos, pero no siente nada en relación a las emociones ajenas. Tampoco remordimientos si él ha sido, en última instancia, el causante del dolor. Son conscientes de lo que está bien o mal, dado que son personas inteligentes, la diferencia es que el hacer daño a terceros no genera emociones negativas en ellos. Nos encontramos ante una conducta muy grave, que le permite manipular el entorno.

Además, la experta, nos deja los siguientes rasgos, que determinan, en mayor o menor medida el grado de psicopatía de una persona:

- Dificultad para adaptarse a las normas sociales.

- Deshonestidad, mentiras para obtener beneficios propios.

- Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro

- Irritabilidad y agresividad.

- Despreocupación por su seguridad o la de los demás.

- Irresponsabilidad con sus obligaciones trabajo, económicas, etc...

Desde un punto de vista general y coloquial, la psicopatía es más grave, que la sociopatía, además de estar asociada a mayores grados de control emocional y manipulación, mientras que la sociopatía se relaciona en mayor medida con la impulsividad, los robos o hurtos.

Asimismo, podemos diferenciar una y otra por su origen. Difieren estudios y teorías, hay quien dice que “psicópata nace y el sociópata se hace”. Es decir, que el trastorno de la personalidad del primero guarda mayor relación con alteraciones químicas y neuronales y la sociopatía se asocia más a los eventos que la persona haya podido vivir. “Desde mi punto de vista, aclara la psicóloga Pilar Conde, de Clínicas Origen, al igual que la mayoría de las dificultades mentales, ambos aspectos influyen”.

Para Pilar Conde no se trata de que estos graves trastornos de la personalidad estén siendo fomentados por las redes sociales en particular y el uso de Internet en general. La directora técnica de Clínicas Origen explica que nos hallamos ante una nueva vía de expresión que aumenta la dificultad para identificar a estas personas. El anonimato, explica, impide, por un lado, detectar la falta de empatía, mientras que, por el otro, ofrece “la oportunidad de expresar nuestra opinión sin que se nos pueda identificar, o hablar sobre personas que no conocemos ni nos vamos a cruzar, ayudando a que los limites de freno social no se activan.

Es decir, personas con sentimientos negativo de envidia, resentimiento e incluso de odio se desinhiben ante la falta de contacto real.

Otro dato importante es que la mayoría de estos insultos, faltas de respeto y vejaciones provienen de personas jóvenes, que aun no han finalizado su aprendizaje de valores, según explica la psicóloga. Para Pilar Conde “En la niñez- juventud se desarrolla, y no es hasta el principio de la edad adulta cuando se define claramente el sistema de valores que regirá nuestra vida y dejamos de ser tan vulnerables a las opiniones de nuestro entorno. El acceso a la tecnología a la edad temprana hace que personas menores puedan expresar sin filtro ciertas opiniones que quizás cuando sean adultos no manifestarían".

En estos casos, afirma, resultan fundamentales la experiencia, el aprendizaje y el entorno. También las medidas encaminadas a fomentar la ética personal. En cambio, advierte, en el caso de los psicópatas se descarta la cura educacional, puesto que los intentos de trabajar con ellos en determinados entornos, como las prisiones, resulta contraproducente. El aprendizaje les ofrece herramientas y más habilidades para manipular el entorno.