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Caen los «Navy Seals» de Orcasitas
La UCO detiene a una banda especializada en el robo de cajas fuertes de sucursales bancarias
La UCO detiene a una banda especializada en el robo de cajas fuertes de sucursales bancarias
Lo tenían todo calculado y solían llevarse los discos duros de las cámaras de seguridad de los bancos que robaban pero, como cualquier banda, acabaron cometiendo errores y ya han sido arrestados por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.Se trata de siete integrantes de una organización liderada por un español de 37 años conocida por los agentes de las fuerzas de seguridad como los «Navy Seals de Orcasitas», por la precisión militar con la que actuaban simulando a la unidad de elite de EE UU. Estaban especializados en la sustracción de cajas fuertes en sucursales bancarias. Tienen entre 20 y 40 años y son todos españoles menos un dominicano. Les atribuyen medio centenar de robos, según sus propias declaraciones, aunque judicialmente se les ha imputado (por ahora) nueve robos en entidades bancarias.
El botín en total de los robos, desde 2016, supera los 700.000 euros, con golpes que oscilaban entre los 50.000 y los 100.000 euros, lo que había despertado la preocupación de las propias entidades bancarias, según ha explicado el teniente coronel Javier Rogero. Con numerosos antecedentes policiales, actuaban de noche y formaban «un grupo jerarquizado con dos células altamente especializadas y con gran movilidad geográfica», principalmente en Madrid, Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Navarra y Extremadura.
Se les imputa la pertenencia a organización criminal con nueve robos en bancos ya probados y 16 hechos delictivos más, principalmente la sustracción de coches y la falsificación de matrículas. La Guardia Civil ha reconocido su sorpresa por su «salto internacional», ya que de uno de los arrestados, J.T.V.A., de 34 años, se ha hallado su ADN en un robo bancario cometido en Suiza. En el modus operandi destaca que nunca pernoctaban en el mismo lugar donde cometían sus delitos o que usaban guantes y se cubrían el rostro cuando compraban las herramientas que usaban luego para sus robos.
En la operación «Abrelatas», la Guardia Civil ha practicado nueve registros, ocho en Orcasitas y uno en Humanes, en los que se han intervenido tres armas de fuego, más de 20.000 euros en efectivo, inhibidores de frecuencia, detectores de frecuencia, extractores de bombines, radiales o sopletes de oxicorte.
Los «navy de Orcasitas» cayeron cuando un vecino de Humanes sospechó de uno de los vehículos que utilizaban en sus robos, lo que permitió que «se comenzara a tirar del hilo» hasta la desarticulación de esta organización criminal «que se fue especializando en la escuela de la vida», ha comentado el responsable de la investigación.
La organización robaba principalmente vehículos todoterreno de alta gama, que estacionaban en la calle para comprobar que no tuviese instalado ningún medio de localización que permitiera el rastreo de las fuerzas de seguridad. Se le proveía de matrículas dobladas, es decir, correspondientes a otro vehículo de igual marca, modelo y características.
La organización solía desplegarse en las localidades donde cometían los golpes, seleccionaban la entidad bancaria y cambiaban el bombín de la puerta de acceso, anulando la alarma. En ocasiones simulaban falsos saltos de la alarma para despistar y, luego, con su propia llave accedían al banco, donde forzaban la caja fuerte usando un soplete de oxicorte, radiales y martillo percutor.
Las dos células se organizaban de la siguiente manera. Una se encargaba de la logística y robaba el coche que iban a utilizar. Después se reunían en un lugar de seguridad y se dirigían a la entidad escogida en dos coches: el robado y otro que perteneía a alguien cercano a la banda (familiar etc.) Allí, el conductor del vehículo legal distribuía a tres o cuatro personas para controlar accesos y otros puntos de observación. Por su parte, los del vehículo robado, entre ellos el jefe de la banda, se encargaban de la comisión del robo.
Antes de separarse, repartían el botín obtenido, incluyendo algún billete que se hubiera quemado tras soportar las altas temperaturas en la apertura de la caja fuerte.
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