Avances
Hipertensión pulmonar: El Hospital 12 de Octubre consolida una técnica quirúrgica curativa alternativa al trasplante
La intervención es muy compleja, se realiza a corazón abierto y debe interrumpirse periódicamente la circulación sanguínea del paciente
La Hipertensión Pulmonar (HP) es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la presión arterial pulmonar de las arterias que comunican el corazón con los pulmones, provocando un sobreesfuerzo cardíaco que, sin el tratamiento adecuado, con el tiempo puede llevar a un fallo cardíaco y, por tanto, a la muerte. Según el Registro Español de Hipertensión Arterial Pulmonar (REHAP) se estima que en España hay alrededor de 4.600 personas adultas diagnosticadas y alrededor de 500 niños/as y jóvenes con la enfermedad. “En general, es una situación frecuente que podría darse hasta en el 1% de la población”, comenta Alejandro Cruz, cardiólogo de la Unidad de Hipertensión Pulmonar del Hospital 12 de Octubre, en el Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar que se celebra hoy.
Precisamente, este hospital es Centro de Referencia Nacional y Europeo para el abordaje y tratamiento de la Hipertensión Pulmonar. Y ha conseguido esta consideración, en gran medida, gracias a la consolidación de una técnica quirúrgica de alta complejidad con la que, desde el año 1996, ha conseguido mejorar resultados en supervivencia y recuperación funcional de los pacientes con hipertensión pulmonar asociada a tromboembolia crónica. Esta cirugía, conocida como tromboendarterectomía pulmonar, consiste en la extracción de los trombos y tejido fibrótico de las arterias pulmonares (eliminar los coágulos que se adhieren a la pared de las arterias pulmonares) para restaurar el flujo sanguíneo y reducir la presión en el sistema vascular pulmonar.
“Los avances en esta técnica son: diagnosticar de forma precoz al paciente, derivarlo de forma precoz a una Unidad que pueda ofrecerle la cirugía, concentrar los casos, realizar un trabajo posoperatorio en una unidad de cuidados intensivos experimentada”, comenta María Jesús López Gude, jefa de Sección de Cirugía Cardiaca del Hospital.
En el proceso de selección de pacientes para la cirugía de tromboendarterectomía pulmonar participan cirujanos cardíacos, cardiólogos, hemodinamistas, radiólogos y neumólogos. “Consideramos desde la localización de la trombosis hasta la situación clínica y, por supuesto, comorbilidades y grave fragilidad de los pacientes. Porque un aspecto muy importante a tener en cuenta para seleccionar aquellas personas que son candidatas a cirugía es la localización de la trombosis o trombo. Son candidatos quienes presentan una localización del trombo en la arteria pulmonar cerca del corazón”, detalla Alejandro Cruz, cardiólogo de la Unidad de Hipertensión Pulmonar del Hospital 12 de Octubre.
La intervención es muy compleja, se realiza a corazón abierto y debe interrumpirse periódicamente la circulación sanguínea del paciente. “Para hacerlo es necesario llevar al paciente a unas temperaturas de 20 grados. Solo de esta manera conseguimos proteger sus órganos. Trabajamos con un sistema de circulación extracorpórea”, apunta la doctora López Gude.
Curar la hipertensión pulmonar
Tras la intervención, los pacientes mejoran muchísimo su calidad de vida y, en la mayoría de los casos, pueden volver a retomar actividades cotidianas que antes no podían. “Lo más importante es que conseguimos curar la enfermedad”, afirma la doctora. Según expone, en más del 50% de los pacientes intervenidos, se cura la hipertensión pulmonar. En un 25% de los casos, aproximadamente, no se logra una curación total, “pero quedan con rangos de hipertensión pulmonar que se puede tratar con fármacos y también logran una esperanza de vida muy buena y una calidad de vida aceptable”, sostiene la especialista. Y añade: “Puede decirse que, en el 80% de los pacientes, mejora espectacularmente la calidad de vida, la supervivencia y que pueden hacer una vida absolutamente normal”.En esta línea, el doctor Cruz indica que la tromboendarterectomía ha demostrado mejorar la supervivencia respecto a la no realización de cirugía en pacientes con hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. “También mejora la capacidad funcional y la calidad de vida de manera muy marcada. Pero, además, disminuye la necesidad de utilizar fármacos vasodilatadores pulmonares, etc. Estos resultados se han comprobado en estudios no aleatorizados observacionales y también se ha demostrado con la angioplastia con balón de arterias pulmonares, de nuevo en estudios retrospectivos y no aleatorizados”, apunta.
La angioplastia con balón es uno de los avances más recientes en el tratamiento de la hipertensión pulmonar asociada a tromboembolia crónica. Consiste en la introducción de un balón en las arterias para dilatarlas porque los trombos que se quedan adheridos a las paredes de las arterias no dejan pasar la sangre al corazón. “Hasta hace 5-10 años la angioplastia con balón de arterias pulmonares era un procedimiento cuya utilidad no se conocía. Ahora se aboga por su uso cuando el paciente no es candidato a cirugía, tanto por la localización de los trombos como porque sea imposible por comorbilidades”, concreta.
Así, a día de hoy, esta cirugía se posiciona como la única alternativa del trasplante bipulmonar que supone una curación. La Unidad Multidisciplinar de Hipertensión Pulmonar del Hospital Universitario 12 de Octubre realiza una media de 30 cirugías de este tipo al año. En total, desde su implantación, se han llevado a cabio 414 intervenciones quirúrgicas para corregir la obstrucción de las arterias pulmonares en personas con hipertensión pulmonar tromboembólica crónica.
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