Investigación Médica
Inyecciones de proteínas para curar la artrosis
Las terapias regenerativas solucionan lesiones con los propios recursos del cuerpo y en numerosas ocasiones acortan el tiempo de recuperación.
Siempre se habla de la recuperación «milagrosa» de los deportistas tras haber sufrido una importante lesión. Se suele decir que están hechos de otra pasta. Y es cierto. Además de un físico a prueba de bombas tienen una capacidad mental muy fuerte para superar las situaciones adversas. Obviamente, el fácil acceso de los profesionales del deporte a un sinfín de pruebas diagnósticas y tratamientos ayuda a que su tiempo de recuperación sea el doble de rápido que el del resto de los mortales, pero muy pocos conocen su secreto para «regenerarse» tan rápido.
Este no es otro que los llamados factores de crecimiento, un tipo de medicina biológica que utiliza las células del propio cuerpo para curar los problemas de salud y retardar los procesos degenerativos. Son proteínas que se localizan en las plaquetas y que aceleran la regeneración de los tejidos. Basta con extraer la sangre del paciente y el resto cae en manos de una máquina. Después de centrifugar la sangre, aisla el plasma rico en plaquetas, lo activa para que libere las proteínas y ya está listo para ser inyectado en la zona a tratar. Su aplicación está asociada a las lesiones de tobillo, rodilla, desgarros musculares o roturas de fibras, pero recientemente se ha demostrado su eficacia en la estomatología, la cirugía estética y la oftamología.
Desde que en 2004 se empezara a aplicar clínicamente dicha técnica, que en 2011 dejó de estar prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje, se ha convertido en una alternativa a los tratamientos quirúrgicos clásicos. El tenista Rafael Nadal, la estrella de la NBA Kobe Bryant o el exjugador del Barcelona Xavi Hernández son sólo algunos de los deportistas de élite que han recurrido a la inyección de factores de crecimiento para superar dolencias musculares, de ligamentos u óseas.
En España, uno de los países pioneros en el desarrollo de estas terapias, el doctor Ramón Cugat es el máximo exponente en la materia. Prueba de ello es que el departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirón que dirige aplicó en 2014 más de 40.000 dosis de factores de crecimiento, la mayoría de ellas a deportistas.
Uno de los mayores hitos alcanzados con este tipo de medicina biológica es el tratamiento de la artrosis gracias a sus propiedades antiinflamatorias y regeneradoras. En las articulaciones de carga, como la cadera o la rodilla, la artrosis provoca un gran desgaste del cartílago, lo que lleva al afectado a pasar por el quirófano para que le coloquen una prótesis. El doctor Cugat asegura que con los factores de crecimiento «se está logrando regenerar el 80% del tejido afectado». «En situaciones en las que era previsible la operación se ha logrado que, de momento, no se realice», aseguró. Cugat defiende que sería un buen tratamiento para las personas mayores que sufren esta dolencia y que rehúyen pasar por el quirófano. Sin embargo, la sanidad pública todavía no aplica esta terapia. Los investigadores alegan que es demasiado pronto, pues se aprobó como tratamiento médico en 2013, pero aseguran que en un futuro no muy lejano irá implantándose en los hospitales.
El doctor Cugat prevé que el próximo paso es trabajar con células madre. Si bien precisa que la legislación española no permite poner en práctica dicho tratamiento opina que, una vez exista base científica suficiente, se podrá aplicar junto a los factores de crecimiento para tratar, por ejemplo, la parálisis. De ésta y otras cuestiones se debatieron en la V edición de las Jornadas Científicas de la Fundación García Cugat, que se celebran este fin de semana en el Hospital Quirón de Barcelona.
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