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La flamenca pierde sus curvas

La flamenca pierde sus curvas
La flamenca pierde sus curvaslarazon

La extrema delgadez de algunas modelos en el Simof ha hecho saltar de nuevo las alarmas. La Junta de Andalucía se reunirá en marzo con el sector para fijar una única talla 38.

Voluptuosidad, sensualidad, feminidad. Tres adjetivos que podrían describir la imagen que hasta ahora se tenía de la mujer flamenca. La que desfila cada año en la Semana Internacional de la Moda Flamenca (Simof) que arrancó el pasado jueves o la que se pase por la Feria de Sevilla. Pero, como ya ha ocurrido en muchas otras citas de moda, las curvas también empiezan a desaparecer de las pasarelas o, por lo menos, las figuras más delgadas, con poco pecho se van haciendo su hueco en los casting. Así lo denuncia Paco Molina, empresario y creador de diseños flamencos que lleva más de 30 años apostando por los volantes y los lunares. Este año, tras pelearse durante varias ediciones anteriores con otros diseñadores que también participan en la Simof y con las agencias de modelos, ha decidido montar un desfile con una clara reivindicación: que las modelos no sean menores ni usen menos de una talla 38. “Los trajes de flamenca no están concebidos para mujeres tan delgadas como las que nos envían las agencias de modelos y, mucho menos para niñas porque en muchos casos nos mandan chicas menores de edad”. De ahí que este año su desfile no se llame sólo Molina 2015, si no que lleve la coletilla 18/38, en clara referencia a la edad y a las medidas mínimas que exige este empresario para que una modelo luzca uno de sus diseños. “Desde hace dos o tres años nos estamos dando cuenta de que cada vez se reduce más el tallaje y que los diseños que nosotros elaboramos para desfilar no sirven cuando se los probamos a las modelos”, pero lo que es aún peor es que los que al final salen luego tienen que volverse a ajustar para las clientas que “suelen tener medidas más cercanas a la 38, al modelo de mujer andaluza”.

Apoyo de la Junta de Andalucía

En la iniciativa en la que se ha embarcado Molina y en la que ha implicado a otros agentes del sector también cuenta con el apoyo de la Junta de Andalucía que considera que a través de estas iniciativas se evita caer trastornos de la alimentación o en otros problemas.”La moda transmite unos valores y por eso es importante poner en valor los modelos más saludables y no los ‘’looks’’ de extrema delgadez o el andrógino que está en alza en muchas pasarelas”, apunta Manuel Flores, coordinador del programa de Imagen y Salud de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta. “La población adolescente son sus potenciales clientes. De ahí que el mensaje deba ser muy claro y único”, insiste Flores. Este técnico que trabaja cada día en programas para combatir los trastornos de la alimentación insiste en la importancia de que se impliquen todos los sectores sociales y, en especial, “la asociación de empresarios de la confección para que sirva como punta de lanza. Necesitamos a gente que tire del carro para que sea el propio sector el que se regule”.

Compromiso empresarial

Uno de sus primeros pasos se dará el próximo mes de marzo porque “vamos a intentar obtener un compromiso con el sector el empresarial. Nos vamos a reunir para determinar qué es exactamente una talla 38 y lograr unas medidas estándar”, sostiene Flores. En lo que se refiere al papel que juegan las agencias de modelos, Flores explica que “se mueven por la oferta y la demanda y los cambios no se producen de la noche a la mañana”. Aida Lineros, bloguera de moda, lleva cuatro años siguiendo las últimas apuestas de la moda flamenca y asegura que “la talla 34 no es una imposición. Miran que tengas raza desfilando y unos ciertos rasgos como el pelo o los ojos”. Sin embargo, sí que está de acuerdo en que “las flamencas están perdiendo las curvas en la pasarela”. “Los creadores apuestan por diseños más innovadores, con cortes nuevos” para los que no intentan impulsar las curvas. “Por ejemplo, -prosigue- si un diseñador quiere poner escotes muy bajos en la espalda no quiere que sus modelos tengan pecho y así con infinidad de diseños, cortes y patrones”.

Estos cambios que se dan en la pasarela no pasan desapercibidos a las menores que, como explica la psicóloga experta en problemas alimentarios, María del Mar Herrero, “se puede convertir en un fator de riesgo. En chicas que ya son vulnerables, ver este modelo de belleza no hace más que disparar el problema, sobre todo cuando ven que las mujeres que desfilaban antes en estas pasarelas de moda flamenca eran más parecidas a ellas y las de ahora no. Se sobrevalora la imagen de la delgadez. Se empiezan a comparar con ellas y surge la insatisfacción corporal”, añade.

“Me dijeron que tenía que perder cinco kilos para casarme de flamenca”

Existe otro problema derivado de esta imposición de delgadez en los llamados coloquialmente como “trajes de sevillanas” y es que “no conseguimos vender los modelos de pasarela”, apunta Molina porque las clientas utilizan tallas a partir de la 38, “la mayoría suelen usar una cuarenta”. Así, estos trajes que cuestan más de mil euros se quedan guardados en el almacén, con las pérdidas que eso conlleva. Las medidas pequeñas que se están imponiendo en la pasarela también están llegando a las tiendas. Hace un año, Julia Genillo quería un traje de flamenca para casarse y “decidí irme a Sevilla con un diseñador al que le había echado el ojo”. Pensaba que todo iba a ser muy fácil hasta que llegó a su tienda. “Yo uso una 42 y cuando llegué me sacaron un modelo de probador de la talla 38”. No estaba cómoda cuando se lo probó. Era muy entallado, pero lo peor fue el comentario de la mujer que la atendíó: “Fue muy desagradable conmigo. Me dijo que tenía que perder cinco kilos si quería llevar ese traje. Me llamó gorda en toda la cara”, comenta con enfado. Decidió irse y apostar por otra firma. “Fui a ver Vicky Martín Berrocal y me trataron fenomenal. Tenían trajes de mi talla y todo fueron facilidades”.

Con todo, a pesar de lo que ocurre durante los cuatro días que dura la Semana Internacional de la Moda Flamenca, Lineros insiste en que “a las que nos gusta la moda flamenca nos fijamos mucho en la pasarela para ver qué se lleva o no, pero donde de verdad ponemos el ojo y "fichamos"más los trajes de flamenca es en la feria. Así que las curvas en el traje de flamenca no se perderán, al menos no en la calle”.