Ciencia
La muerte de la muerte
«En 2045 seremos «amortales». Es lo que sostienen estos dos futuristas, seguidores de Aubrey de Grey, que creen que la tecnología será capaz de detener el envejecimiento muy pronto.
«En 2045 seremos «amortales» Es lo que sostienen estos dos futuristas, seguidores de Aubrey de Grey, que creen que la tecnología será capaz de detener el envejecimiento muy pronto.
José Luis Cordeiro y David Wood dejan claro una cosa minutos después de empezar la entrevista: «Nosotros no moriremos, viviremos cien, doscientos, miles de años más. Es más, creo que en unos siglos podremos volver a encontrarnos para hacer otra entrevista». Lo dicen serios, seguros de cada palabra. Para ellos el ser humano ya se puede considerar «amortal, que no es lo mismo que inmortal», afirma Cordeiro, ingeniero del prestigioso MIT de EE UU y coautor junto a David Wood de «La muerte de la muerte» (Deusto). Una obra en la que intentan exponer los motivos por los que es importante invertir en terapias antienvejecimiento y argumentan por qué todos podemos vivir eternamente.
Apuestan fuerte y, por eso, se atreven a poner fecha a ese día en el que la vida podrá con la muerte: 2045. ¿Por qué una fecha tan cercana? Wood tiene claro que pensar en un día con un margen de sólo 30 años no es nada descabellado: «La evolución hizo un gran trabajo, pero existen unas siete causas relacionadas con el envejecimiento y que podemos combatir. Estamos en el momento de reprogramarnos, del diseño inteligente. Pasaremos de la evolución biológica a la evolución tecnológica».
Previamente al 2045, los autores describen dos etapas previas. «Estimamos que los primeros tratamientos biotecnológicos para el rejuvenecimiento humano se comercializarán en la década de 2020, a los que seguirán en 2030 los tratamientos nanotecnológicos, hasta llegar a controlar y revertir el envejecimiento en 2045». E insisten en que, hasta ese momento, «por desgracia, la gente seguirá muriendo. Pertenecen a la era AR (Antes del Rejuvenecimiento)». Y para que se cumpla esta predicción, Wood insiste en que «ya hay cientos de personas trabajando en revertir el envejecimiento y en la década de los 40 seremos millones».
Saben que al igual que tienen muchos seguidores, también cuentan con un número importante de retractores: «Hay gente que tiene miedo, que le aterroriza saber que existe esta posibilidad», afirma Cordeiro. Y añade su compañero: «Muchos son como San Pablo, que hasta que no se caen del caballo no son conscientes». Y es que, como indican en su libro, «ya se ha otorgado un premio a científicos que han logrado extender la vida de ratones hasta el equivalente de 180 años humanos, pero el objetivo es llegar casi a mil años humanos equivalentes, como el legendario Matusalén del Viejo Testamento».
Partiendo de la hipótesis que vivir 200, 500 o 1.000 años sea viable, ¿está nuestro planeta preparado para ello? Ambos se miran. Son rotundos: «Sí». «En realidad nuestro planeta podría albergar a muchas más personas de las actuales». Y ofrecen algunas propuestas: «Se puede mejorar la agricultura, el sol nos puede ofrecer mucha más energía de la que captamos ahora, podemos crear carne en el laboratorio...». Y Cordeiro añade: «En España la población se ha estabilizado, cada vez está más despoblada, por eso tenemos que vivir más. Ya hay países con estos problemas demográficos como Corea o Japón que trabajan mucho en la lucha contra el envejecimiento».
Eso sí, tienen algo claro: «Queremos vivir más, pero con calidad». Por eso se está trabajando en la criopreservación, pero como plan B. No tanto para «congelar» a personas enteras, sino para preservar mejor órganos. «El plan A es no morir nunca».
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